13.05.2013 Views

Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que más de una persona conoce mi secreto. El cantinero, la viuda... y quien quiera que<br />

hubiera matado a la mujer. Los hechos comienzan a cuadrar.<br />

El cantinero regresó a la casa porque dejó la puerta abierta. En el lapso que él<br />

se marchó y regresó, alguien entró y trabó la puerta. Así de predecibles eran sus<br />

movimientos, porque no era la primera vez que olvidaba ponerle llave.<br />

El asesino conocía el itinerario. Éste no tenía llave, o habría entrado en<br />

cualquier otro momento.<br />

La viuda salió de su cuarto al oír ruidos, pensando que se trataría de alguno de<br />

sus otros visitantes nocturnos, quizá el mismo cantinero... y fue sorprendida. Se<br />

defendió, arrojó la lámpara al hombre, que gritó al ser quemado. Él la atrapó y la llevó<br />

al cuarto vacío cuando tres hombres intentaban tumbar la puerta delantera. Allí la<br />

mató para que no lo delatara.<br />

pistas...<br />

¿Pero en qué momento dejó las pistas?<br />

Mientras la viuda yacía con el cantinero en su cama, otro hombre dejaba las<br />

—Cuando te marchaste —pregunto—, cuando dejaste a la viuda y saliste de la<br />

casa... ¿Viste algo extraño al bajar las escaleras?<br />

El hombre tiene los ojos hinchados de tanto llorar. Frunce el ceño, como si<br />

recordar le costara un trabajo enorme. Niega con la cabeza.<br />

No vio el mechón de cabello de la viuda...<br />

Si es que es de la viuda...<br />

Siento un terrible dolor sobre los ojos, necesito dormir. Despido al cantinero,<br />

notando en su rostro la desesperanza de quien se sabe acabado.<br />

Caminando a mi cuarto rehago la maraña: El cantinero salió de la casa de la<br />

viuda hacia la cantina en medio de la noche, bajo la lluvia... trescientos pasos largos<br />

hasta allí. Fue rápido. Al llegar a la cantina recordó que había dejado la puerta de la<br />

casa de la viuda abierta, otra vez. Un segundo para decidir, el mismo tiempo de ida<br />

para regresar. Cinco minutos, quizá menos.<br />

Cuando el cantinero dejó a la viuda, el asesino entró a la casa y trabó la puerta.<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!