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Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

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Oyen un quejido precedido por un viento pestilente. Ante de ellos, bañada con<br />

la luz de la luna llena, una criatura tan alta como cuatro hombres respira<br />

pesadamente, de espalda ancha y piernas arqueadas, sus enormes brazos escamosos<br />

rematados en púas a la altura de los hombros, obstaculizando con su mole toda la<br />

extensión del sendero.<br />

Nadie se mueve. Por fin pueden apreciar aquello que les ha asechado por años,<br />

aquello que habita en la sombra y se alimenta de carne cruda. Un ser vicioso, cruel e<br />

indestructible.<br />

El hedor de la criatura hace que sus ojos se llenen de lágrimas. Incapaces de ver<br />

con claridad oyen un grito, no de terror sino más bien un llamado a la pelea. Alguien<br />

convoca a Eso por su nombre y Eso responde con una carcajada eufórica.<br />

—¡Vârcolac!<br />

Todo ocurre muy rápido. Siete figuras encapuchadas, pequeñas en<br />

comparación con el monstruo, le rodean y atacan con garras afiladas. La criatura aúlla<br />

de frustración y golpea a diestra y siniestra sin acertar a ninguna de sus presas,<br />

obteniendo a cambio diez o más cortes sobre su piel de lagarto herida y chamuscada.<br />

La velocidad de los golpes de Eso puede compararse con las rápidas<br />

dentelladas de un lobo asustado, mientras que sus atacantes son como chacales<br />

defendiendo la madriguera.<br />

Luego de un rugido de pesadilla, el ser salta hacia la caravana a pesar de las<br />

heridas infringidas en los recientes ataques, toma a un hombre como a un muñeco y se<br />

interna en el bosque sin importarle la lanza que su víctima le ha atravesado en el<br />

cuello ancho como un tronco de árbol. Inmediatamente es perseguido por los<br />

encapuchados.<br />

conocerle?<br />

—Vârcolac —susurran las mujeres. ¿Es así como le han llamado? ¿Cómo pueden<br />

Pronto perciben el sonido de los cascos que se acercan. El emisario ha regresado.<br />

—¡No hay tiempo para preguntas! —ruge él antes de recibir ninguna queja—.<br />

Hay que partir ahora, estamos cerca del fuerte. ¡Venga!<br />

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