Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs
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platos y bandejas. Las caras más antiguas reproducen fielmente la expresión del<br />
cantinero.<br />
Nadie dice nada. La casa de la viuda es la tercera de la derecha desde allí, junto al<br />
riachuelo que fluye a punto de desbordarse. Los pobladores me cierran el paso, dejando<br />
un angosto camino que conduce inevitablemente a la puerta abierta de esa casa.<br />
El cantinero me entrega su linterna y se queda junto a la puerta sosteniendo a<br />
Julio, que se muere de ganas por acompañarme.<br />
En un parpadeo la veo otra vez, Amada en su lecho, escupiendo sangre,<br />
muriendo en mis brazos, sus ojos claros manchados por el dolor y la angustia.<br />
Me deshago de la imagen y entro. La casa está vacía de muebles, tal como la<br />
recuerdo de mi última visita la semana pasada. A mi derecha hay un comedor por<br />
cuyos ventanales veo una docena de linternas en la calle. Junto a la puerta una angosta<br />
escalera sube hacia los dormitorios. Más adentro atisbo la cocina y al final del pasillo,<br />
el lavadero, símbolo inequívoco de estatus. Un lavadero dentro de la casa significa<br />
acarrear baldes con agua y hombres que lleven los baldes desde el riachuelo. Más<br />
chismes que hablan de la generosidad de la viuda con sus anónimos benefactores.<br />
Subo por la escalera lentamente, mis piernas como ramitas a punto de<br />
quebrarse. Huele a quemado y a otras cosas que no puedo determinar. Asomo la<br />
cabeza al segundo piso y veo un gran orificio en el suelo al final del pasillo.<br />
Al llegar arriba quedo petrificado. En el techo, cubierto con hollín, aún pueden<br />
leerse dos palabras escritas con sangre. Sé que es sangre. No necesito más pistas para<br />
saber lo que dice.<br />
Quince días.<br />
Tengo quince días para encontrar a la viuda. Pero ya sé que está muerta.<br />
Recorro el lugar con la linterna. El agua escurrió por el pasillo hasta el agujero<br />
en el piso, por donde se ve el cuarto de lavado.<br />
No necesito recorrer más. En un florero debe haber un anillo... allí está el<br />
florero y el anillo de la viuda en su interior. Pero la viuda odiaba las flores dentro del<br />
hogar, sólo las cultivaba en su patio, sobre las tumbas de sus hijos.<br />
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