Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs
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3.- Curiosidad.<br />
En la playa se ha instalado una tienda de campaña, rodeada por efectivos de las<br />
fuerzas Armadas armados e impasibles. Los curiosos se acercan, observan, intentan<br />
mirar dentro de la tienda sin conseguirlo.<br />
Se corre la voz, uno de los militares acaba de salir a contestar el teléfono y dice<br />
en un murmullo perfectamente audible que el animal es un pájaro asiático y todavía<br />
no saben qué hace allí, aunque los síntomas indican que podría tratarse de gripe<br />
aviar y necesitan un equipo de contención de enfermedades infecciosas, pronto.<br />
<strong>Otros</strong> señuelos se dedican a sudar y toser con sus peores caras de enfermos.<br />
Más temprano se repartieron jugos gratis a los niños, con laxante. El efecto es el<br />
esperado: pánico.<br />
La muchedumbre desaparece. El rumor crece, el pájaro escupe sangre, los<br />
mosquitos transmiten la enfermedad, peor que el ébola. En un par de horas las calles<br />
quedan vacías, la gente se marcha en sus automóviles o se encierran en sus casas.<br />
—Señor —dice una voz indistinguible desde la entrada de la tienda de<br />
campaña—, la Doctora está aquí.<br />
—Permítale pasar, cabo —ordena el Comandante Ramírez, quien da la espalda<br />
al objeto exótico enterrado en la arena mientras peina su estricto bigote institucional,<br />
manteniendo el gesto inexpresivo—. Bienvenida, doctora Pepper. Muchas gracias por<br />
acudir en tan poco tiempo.<br />
—Al grano, Juan. No tengo toda la mañana —dice la mujer alta, un metro<br />
ochenta de ruda estirpe nórdica, que ingresa a la carpa dando zancadas largas y queda<br />
a un paso de Ramírez, bufando descontenta. Trae un traje de oficinista, falda hasta la<br />
rodilla y adornos plásticos que imitan joyas caras, su cabello cano voluminoso al estilo<br />
de los años 50 que hace juego con sus anteojos de marcos sicodélicos, sólo le faltan los<br />
guantes blancos.<br />
Yo también estoy encantado de verte, piensa Juan Ramírez mientras enciende un<br />
cigarrillo, mirándola de reojo con el recuerdo de sus noches apasionadas muy fresco<br />
en la memoria, aunque fue hace más de diez años.<br />
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