de sahagun lucas, juan - fenomenologia y filosofia de la religion.pdf
de sahagun lucas, juan - fenomenologia y filosofia de la religion.pdf
de sahagun lucas, juan - fenomenologia y filosofia de la religion.pdf
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
102 Fenomenología y filosofía <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión<br />
b) Plenitud <strong>de</strong> ser y realidad por excelencia<br />
Esta nueva realidad comporta consistencia y eficacia sin parangón.<br />
Frente a <strong>la</strong> <strong>de</strong>bilidad y caducidad <strong>de</strong> lo terreno, lo suyo es <strong>la</strong><br />
perennidad, el dinamismo inextinguible y <strong>la</strong> fecundidad inagotable.<br />
Estos signos son traducidos por el hombre religioso por máxima potencia<br />
y energía ilimitada que hacen <strong>de</strong> lo sagrado plenitud y saturación<br />
<strong>de</strong> ser, realidad por excelencia. De ahí su valor excepcional y su<br />
infinita capacidad creadora.<br />
En su afán <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong>l ser, el hombre arcaico, <strong>de</strong>sprovisto<br />
aún <strong>de</strong> <strong>la</strong> categorías <strong>de</strong> realidad e irrealidad, se re<strong>la</strong>ciona con lo<br />
sagrado como fuente <strong>de</strong>l ser y máximo po<strong>de</strong>r fecundante. Para el<br />
primitivo, dice M. Elia<strong>de</strong>, «lo sagrado equivale a <strong>la</strong> potencia y, en<br />
<strong>de</strong>finitva, a <strong>la</strong> realidad por excelencia. Lo sagrado está saturado <strong>de</strong><br />
ser. Potencia sagrada quiere <strong>de</strong>cir a <strong>la</strong> vez realidad, perennidad y<br />
eficacia» 41 .<br />
El <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l hombre religioso <strong>de</strong> vivir en lo sagrado se explica<br />
por <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a situarse en un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> realidad que no acaba ni<br />
<strong>de</strong>viene, en un mundo real objetivo que, a diferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s experiencias<br />
mundanas, no pasa ni termina porque es plenitud <strong>de</strong> ser 42 . Así<br />
se explican ciertas activida<strong>de</strong>s, como <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> templos<br />
orientados en una dirección <strong>de</strong>terminada y <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores agríco<strong>la</strong>s. Con<br />
el<strong>la</strong>s se preten<strong>de</strong> reproducir <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> los dioses y participar en el<br />
ser, entrar en el mundo <strong>de</strong>l espíritu, con el convencimiento <strong>de</strong> que lo<br />
sagrado es <strong>la</strong> realidad originaria 43 .<br />
Pero lo sagrado no se recluye en sí mismo. Su plenitud hace que<br />
<strong>de</strong>sempeñe una función <strong>de</strong> fundamento y principio originante que<br />
suscita en el hombre el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> incorporación para participar <strong>de</strong> su<br />
mismo po<strong>de</strong>r. Evita así el riesgo <strong>de</strong>l vacío y se afianza en su ser<br />
aumentándolo. Las hierofanías espaciales y temporales (templos y<br />
fiestas) <strong>de</strong>sempeñan esta función en cuanto que confieren al hombre<br />
consistencia y firmeza al amparo <strong>de</strong> cualquier eventualidad. Mediante<br />
el tiempo y el espacio festivo, el hombre religioso se esfuerza por<br />
insta<strong>la</strong>rse en <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad primordial cuando el mundo<br />
estaba en statu nascendi 44 .<br />
Descubierta una realidad <strong>de</strong> esta índole, el hombre se percata <strong>de</strong><br />
su finitud e indigencia y siente el vértigo <strong>de</strong> <strong>la</strong> gratuidad. Experimenta<br />
su vida como pura donación <strong>de</strong> un ser extraordinario que sus-<br />
41 Ibid.,20.<br />
42 Cf. ibid., 33.<br />
43 «Cuanto más religioso es —comenta M. Elia<strong>de</strong>—, tanto más se inserta en lo<br />
real y menor es el riesgo que corre <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rse en acciones no-ejemp<strong>la</strong>res, "subjetivas"<br />
y, en suma, aberrantes»: Ibid., 97; 34, 96.<br />
44 Cf. ibid., 69, 81.<br />
C.4. Lo sagrado y <strong>la</strong> religión 103<br />
cita en él sentimientos contrapuestos <strong>de</strong> amor y temor, <strong>de</strong> atracción<br />
y repulsa, <strong>de</strong> alejamiento y entrega. En una pa<strong>la</strong>bra, en presencia <strong>de</strong><br />
lo sagrado el hombre rompe su indiferencia y adopta una postura <strong>de</strong><br />
apertura a lo que lo trascien<strong>de</strong>. Es <strong>la</strong> religión como dialéctica que se<br />
mueve entre <strong>la</strong> adoración y <strong>la</strong> imprecación, entre el sacrificio y el<br />
servicio, entre <strong>la</strong> ofrenda y <strong>la</strong> utilización <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res extraordinarios<br />
45 .<br />
Pero una realidad que suscita tales sentimientos no pue<strong>de</strong> expresarse<br />
en categorías mentales ni darse a conocer en términos <strong>de</strong>scriptivos.<br />
Es algo misterioso e inefable que exige un lenguaje sugeridor<br />
<strong>de</strong> otro nivel que supera <strong>la</strong> capacidad conceptiva <strong>de</strong>l hombre. De<br />
este aspecto, el misterioso, nos ocupamos a continuación.<br />
c) Realidad misteriosa<br />
El carácter misterioso <strong>de</strong> lo sagrado radica en su superioridad<br />
ontológica. Porque se sitúa en un nivel distinto, resulta imposible<br />
encasil<strong>la</strong>rlo en el marco <strong>de</strong> nuestras categorías y expresarlo en términos<br />
tomados <strong>de</strong>l lenguaje ordinario. Su <strong>de</strong>scripción so<strong>la</strong>mente es posible<br />
si nos atenemos a <strong>la</strong>s impresiones que produce su irrupción en<br />
<strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l hombre y al impacto que causa en <strong>la</strong> conciencia. Apoyándose<br />
en estos resultados, R. Otto lo <strong>de</strong>signa con los términos <strong>de</strong> misterio,<br />
tremendo y fascinante. Más que una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> lo sagrado,<br />
estos términos son <strong>la</strong> enunciación <strong>de</strong> sus aspectos fundamentales o<br />
formas bajo <strong>la</strong>s que afecta al hombre en su intimidad. Las explicamos<br />
a continuación, haciendo especial hincapié en el misterio.<br />
Esta realidad extraña, conocida como sagrada, rebasa <strong>la</strong> realidad<br />
circundante en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l ser y <strong>de</strong>l conocer. Al no tener parangón<br />
con <strong>la</strong>s cosas que conocemos, no encaja en el marco <strong>de</strong>l saber científico<br />
y filosófico y escapa incluso al dominio mental <strong>de</strong>l hombre.<br />
Todo cuanto pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> él es inverificable y supera el cálculo<br />
racional y comprensión filosófica, sin que ello signifique incognoscibilidad<br />
completa.<br />
Es lo completamente otro y, por tanto, inobjetivable e inexpresable<br />
en conceptos que lo representen a<strong>de</strong>cuadamente. «Sobre lo absoluto<br />
—escribe A. Brunner— no tiene el hombre po<strong>de</strong>r constringente».<br />
De lo contrario, el hombre lo convertiría en objeto e instrumento<br />
a su servicio. Pero el sujeto lo experimenta porque se le muestra por<br />
sí mismo como él quiere y don<strong>de</strong> él quiere. En este modo va incluido<br />
el hecho <strong>de</strong> dirigirse a él «con acciones y sentimientos que <strong>de</strong>ri-<br />
45 Cf. R. CAILLOIS, L 'homme et le sacrée, ed. c, 37-50.