Estudio de la Obra Psicografica.pdf - Academia Sapere Aude

“Si dos seres comparten las mismas cualidades, son por lo tanto, indiscernibles, pues no existe medio
alguno que pueda establecer entre ellos alguna diferencia y por ende, no serían ya dos seres
diferentes, sino sólo uno.”
Principio de los indiscernibles de Leibniz.
Igualmente, si aceptásemos como válida esta noción de unificación de las almas gemelas después de
haber sido individualizadas, ¿Cómo sería esa unificación, siendo que la individualidad no puede
compartirse jamás y sabiendo además que el recorrido Dhármico es especial para cada Ser?
Las unificaciones, que son por resonancia, al igual que el magnetismo de dos imanes, o la sintonía entre
dos cuerdas templadas al mismo tono, no pueden comprometer a la unidad del Ser; ésta, debe
mantenerse, siendo que se encuentra fielmente representada en el Ego, ¿Dónde más sino?.
Si esto es así, ambos compartirían un mismo Karma, pero si así lo hacen no tendrían libre albedrío.
Según se enseña en “El Cuerpo Causal y el Ego” de Arthur Powell, la Mónada al entrar al reino mineral
ya comienza a percibir y diferenciar su Yo de lo que le rodea siendo esto último el No-Yo.
Ya desde el reino mineral observamos en los gráficos Teosóficos la adquisición de los átomos
permanentes para cada triada inferior, una unidad mental para la mente, un átomo permanente para
el astral y otro para el físico.
“Hemos llegado al estado en que la Mónada ha sido provista de una Triada Superior, consistente en
un átomo permanente de los planos de Atma, Buddhi, Manas y de una Triada Inferior compuesta de
una unidad mental, un átomo permanente Astral y otro físico. Estas partículas de materia son,
naturalmente, meros núcleos que permitirán a la Monada, por medio de “Su Rayo”, ponerse en
contacto con los diversos planos, y construir cuerpos o vehículos por medio de los cuales podrá
adquirir experiencias y aprender a expresarse en tales planos de existencia”
Arthur Powell. El Cuerpo Causal y el Ego, Cap. Almas Grupales.
En definitiva la semejanza física no es más que una copia más densa de sus cuerpos más sutiles, aun
estando en los periodos minerales. Siendo así, esta triada inferior, abarcativa en tres planos diferentes,
es irrefutablemente única para cada Ser, y si esta chispa que se dice sale del Ego desciende hacia Maya
para arroparse con vestiduras cada vez más densas, debe hacerlo, sin opción, incorporándose aquellos
átomos permanentes que le corresponden, haciendo de ellos sus registros etéreos, de las experiencias
atribuibles a su propia identidad.
Es profundamente entendible que las cuestiones ontológicas sean discutidas, debatidas o explicadas, y
es hasta cierto punto justificable los errores en las apreciaciones de esta índole de cosas; lo que no
resulta aceptable, y hasta cierto punto responsable, es afianzarse en intuiciones que no han sido
debidamente comparadas con el material de estudio que tenemos a nuestra disposición en lo que se
refiere a asuntos de índole metafísico y cosmogónico. Basarse únicamente en el relato de una Obra
Psicográfica, digno de un merecido “Shapo” por parte del Lector, es cerrar los ojos a un marco completo
de revelaciones. ¿Desde cuándo estas confusiones en el seno de FCU?
Por otro lado, siguiendo el asunto de la mano de la controvertible chispa que tanto habla Beatriz Maure
y que se menciona en Llave de Oro ¿Cómo es eso que desciende?¿Puede una forma inherente a un plano
bajar a otro plano más denso?¿Puede hacerlo?¿No será que como un efecto domino esta emanación
mental (tal vez un átomo permanente mental) se replica descendiendo, es decir, mueve a la otra ficha
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