Estudio de la Obra Psicografica.pdf - Academia Sapere Aude

individualidad, ni la personalidad en otra personalidad; si esto fuera así se anularían unas a otras.
(…)
“El hombre real o imagen no solo es el receptor sino el proveedor de ideas ya elaboradas y
sustanciadas en cada experiencia de vida. Así se potencializa y se reconoce en su verdadera identidad.
Mas poder adquiere, más poder da. La imagen proyecta y la semejanza encarna una individualidad
con rasgos y características únicas. Ella, la semejanza, es el mismo rayo que germina y fructifica una
y otra vez.”
“La imagen conserva sus frutos y elabora otros; Todos pertenecen al mismo Ser y así seguirá la
experiencia y la demostración individual hasta que todas las ideas sean dinamizadas y se
establezca la real identidad divina del Ser, no ya la idea del ser. Así se habrá conocido a sí
mismo y seguirá su desarrollo en otras esferas de sublime Divinidad.”
Se remarca con negrita lo que pertenece a una idea básica para la comprensión y que se refiere a que
cuando todas las ideas estén dinamizadas o desarrolladas el Ser establecerá su verdadera identidad, su
verdadero rayo que ya no será una idea a desarrollar sino un hecho demostrado y registrado.
Se simplifica la ecuación trina del Ser cuando la autora de estas últimas citas reafirma: “Imagen en la
verdad, Semejanza en la demostración, individualidad en la experiencia forman un
solo Ser”
Reconozco aquí que cuando se habla de imagen se refiriere al Ego propiamente dicho. De esta manera
queda en claro que un Ser no puede dividirse y que el rayo que sale del Ego a la experiencia es uno solo
y no se comparte.
Por otro lado el Ser es andrógino siempre y no divide sus principios. El que divide sus principios es el
cuerpo físico.
Lo que se ve en la Obra con respecto al concepto de almas gemelas es erróneo pues crea un vació de
identidad. Los seres gemelos son por su resonancia simpática y su naturaleza gemela no se crea en el
plano de la demostración, allí solo se refleja su esencia.
La médium, como ya se ha dicho antes, traslada los conceptos erróneamente una y otra vez cuando se
trate de las almas gemelas. Veamos el siguiente caso:
“Y el espíritu de Bohindra desprendido de su materia, comprendió la escritura del habitante de Sirio,
que escribía su propia historia:
"Fui musgo trepador entre las losas funerarias que guardaban las blancas cenizas del Genio Tutelar
de este planeta. Y por tanto tiempo fui musgo, que de aquella sepultura no quedaba más que un
montículo de quebradizos guijarros y aún seguía yo siendo musgo verdeante y silencioso... Me veo
más tarde como un minúsculo roedor color de oro vivo, que anida entre el musgo y lo devora y lo
arrastra para mullir su diminuta madriguera entre las piedras que circundan las orillas de este
arroyo.
Y es entonces que la Eterna Energía Creadora, obró el maravilloso prodigio de la división de los sexos,
doloroso proceso semejante a una gestación espontánea, mediante la cual, del pequeño ser andrógino,
surge otro igual que será su gemelo por edades sin fin.”
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