Estudio de la Obra Psicografica.pdf - Academia Sapere Aude

I. ¿Cómo fue escrita la Obra de F.C.U?
“Para las cosas nuevas se necesitan nuevas palabras”. Así comienza la obra titulada: El libro de los
espíritus, escrita por Denizard Hipolyte León Rivail más conocido como Allan Kardec, y es en este
sentido que para desarrollar ideas nuevas, debemos a fin de generar una claridad en la explicación,
crear un camino nuevo, nunca antes transitado y que por su novedad exige la mayor atención posible,
pues la responsabilidad llevada es importante.
Desde la desencarnacion de Allan Kardec al nacimiento de Josefa Rosalía Luque Álvarez, pasaron para
la humanidad 39 años, o sea, desde el año 1854 hasta el año 1893 y bastó ese tiempo para que la doctrina
espírita diera un salto en la inmensidad y se estableciera como estandarte de la Fe razonada y el camino
lógico y coherente para llegar a verdades metafísicas.
Josefa Rosalía Luque Álvarez más conocida como “Mamina” conoció el Espiritismo y su mismo esposo
Manuel Vásquez de la Torre fue Presidente de la CEA, Confederación Espírita Argentina. Por ende los
principios de la doctrina Espírita no estaban en oposición con la comprensión que Mamina poseía
acerca de cuestiones metafísicas.
Su Psicografía, dio origen a las diferentes obras tituladas: “Arpas Eternas”, “Cumbres y Llanuras”,
“Orígenes de la Civilización Adámica” y “Moisés, el Vidente del Sinaí”.
Su aporte a la verdad fue valiosísimo al dejar plasmado en sus escritos las diferentes vidas del Cristo y
volver a la luz documentos que fueron compilados por diferentes escuelas de Sabiduría y que en el
transcurrir de las edades habían sido sepultados en la ignorancia.
Con una música suave y armoniosa sus escritos nos detallan los ambientes y personajes que el Mesías
conoció a lo largo de sus diferentes jornadas. Es hacer honor a la verdad decir que sus relatos son agua
clara que el lector bebe, y al hacerlo, refresca su espíritu de la aridez del camino.
Es eterno el agradecimiento de sus lectores hacia tan magnífica obra, que como una orquesta viva, saco
a relucir cada instrumento que emitió un sonido en armonía con la vida misma y con la evolución
humana de este planeta.
Y es por ello, por esta gran obra, que dejó el canal para la unión con lo Divino, que se comenzó esta
investigación, en la ardua tarea de ser quien reconozca en esta magnífica orquesta, en este preludio a lo
alto de voces que cantan al unísono su mejor canción, digna de ser quien diga: Oigan ¡Han sido nuestras
voces quienes han hablado en estos escritos, escuchen! ¡Ella, la que habló de todos nosotros, es como
nosotros, es humana!, ¡miren su esfuerzo, el sudor, sus lágrimas, sus quejas, fueron producto de su
desazón, de su lucha!…
¿Qué lucha carece de imperfección? ¿Por qué creer que en élla obro la perfección, si ni siquiera el Cristo
realizó milagros, sólo condujo por las vías de las leyes divinas, aquello que su grado evolutivo le permitía
manifestar?
¿Por qué creer entonces en milagros? ¿Por qué no ver que para lograr lo que realizo “Mamina” es
necesario un negarse a sí mismo y que la perfección sólo mora en nuestro creador?
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