Estudio de la Obra Psicografica.pdf - Academia Sapere Aude

“Según convenios hechos con Juan antes de separarse, debía esperar su llamado a la segunda hora
de la noche, o sea, después de la cena y a veces al amanecer.
Y cuando esa misma noche se retiraron al descanso, Maria, sola en su alcoba, hizo sus acostumbradas
oraciones y se recostó en su diván de reposo. Y los Ángeles guardianes que provocaron su sueño la
acompañaron al plano radiante en que viven su vida gloriosa los que tuvieron el valor de sacrificarlo
todo (…)
Allí se encontró con Vercia entre un numeroso núcleo de inteligencias radiantes (…)
María estaba deslumbrada. Su sueño era maravilloso. Y pensaba estática de dicha y de amor:
¡Que cosa podré contarle a Juan cuando me despierte!
Vercia que la acompañaba le decía:
Se lo tendrás que contar mientras duermes, porque lo mas probable es que al despertarte no recuerdes
nada. No te arriesgues pues a esperar tu despertar.
Los tres seres iluminados por un mismo rayo de Luz (María , Vercia y Freas)
Avanzaron hacia un plano, morada o cielo de claridad intensamente azul como si fuera un mar de
zafiro, donde sus moradores sostenían lazos de luz dorada que se tendían en todas direcciones.
Se prendieron a uno de aquellos lazos como acueductos de claridad suavísima que producía intensa
felicidad, inefable ternura, quietud, éxtasis.
Era el lazo de Solania, era el amor de Solania para todos los que eran capaces de captar esa onda de
Divino conocimiento (…).
Todo eso ocurrió en breves momentos, y de pronto sin saber como, María se encontró cerca de Juan
en la casita de Nazareth donde él, punzón en mano esperara que le dictara.”
Cumbres y Llanuras
Cap: El sueño Libertador.
Deductivamente podemos decir de este texto, que Solania pertenecía a la Legión: “Muralla de
Diamante” y ella era el emisor primero; por su parte la pequeña María hacia las veces de intermediario
mientras que Juan cumplía el papel que hemos visto realizar en Mamina, es decir, el de sensitivo.
E. El Fenómeno
La conciencia del Ser está determinada por la vibración que alcance este mismo como entidad en un
plano o dimensión. La conciencia es la resonancia que se efectúa en el Ser, por concentración en sí
mismo, de las características que en el ambiente vibran en sintonía con él. Por ende cada ser es un
campo dinámico de atracción de frecuencias, constituidas por ondas de diferente calibre vibratorio.
Para poder canalizar ondas que existen en los planos más sutiles es necesario llegar vibracionalmente
a la cumbre del “torbellino Nourico”, consistente este, en un remolino energético que se conecta al
cuerpo mental y que en su interior permanece la íntima unión con el Ego, para poder acceder mediante
la partícula más alta del plano físico, a la más baja de los planos sutiles que quiera visitarse.
Es por la “Espiral Nourica” que descienden las ideas al plano físico, que son tomadas posteriormente
por los centros o vértices energéticos del cuerpo, encargados de recibir dichas ondas.
En el capítulo “La visión del Padre Celestial” podemos observar como esos centros de recepción existen
hasta en los Seres más adelantados.
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