Septiembre-octubre - Revista Ciencia y Desarrollo - Conacyt
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Figura 1. Relaciones de causa-efecto con rutas directas a), y rutas complejas b y c). Las rutas complejas pueden estar enmascaradas<br />
con la presencia de otras variables que provocan confusión c).<br />
El hecho de ignorar la manera como la especie exótica<br />
introducida afecta a un sistema puede ocasionar confusiones<br />
tales como la de culparla de problemas que no ha<br />
producido, pero también genera el efecto inverso, más común<br />
y peligroso, que consiste en exonerar a dicha especie<br />
exótica, a pesar de ser culpable del deterioro en el sistema<br />
donde es introducida. Una forma típica de error es<br />
el de atribuir los daños a los eternos villanos de la ecología<br />
–la contaminación y la deforestación–, siendo que<br />
gran parte de los ellos los causa la especie recién llegada.<br />
Parte de esta confusión se debe a que los efectos del nuevo<br />
organismo se esconden tras rutas complejas y, por lo tanto,<br />
los cambios producidos no tienen la relación directa<br />
de causa-efecto (véase fig. 1a), sino que son producto de<br />
una reacción en cadena, en la cual existen eslabones entre<br />
el origen del cambio y el resultado final (fig. 1b). Esta<br />
relación indirecta es más difícil de detectar cuando los<br />
factores involucrados se relacionan con otros elementos<br />
del sistema, que confunden aún más las rutas entre la<br />
causa y el efecto final (fig. 1c).<br />
Uno de los organismos que produce mayores confusiones<br />
de este tipo es la carpa común (Cyprinus carpio),<br />
un pez nativo de Asia y altamente cotizado por acuicultores<br />
y pescadores deportivos, lo que ha provocado una<br />
dispersión artificial en casi todos los países de los cinco<br />
continentes (Hempel, 1993), pues su presencia mundial<br />
ha obligado a realizar investigaciones a fondo; sin embargo,<br />
a pesar de ser una especie muy estudiada, la carpa<br />
genera opiniones encontradas. Por un lado, algunos investigadores<br />
afirman que su presencia apenas se nota, y<br />
en este grupo hay quienes incluso llegan a proponerlas<br />
como organismos que ayudan a la restauración de los<br />
lagos y ríos, pero por el otro, desde hace más de 70 años<br />
diversos investigadores han venido afirmando que este<br />
pez produce efectos muy negativos en ellos (Cahn, 1929,<br />
y Bales, 1992).<br />
La disparidad de resultados se basa en que la carpa es<br />
un pez que en apariencia no afecta prácticamente a especie<br />
alguna, pues es omnívora (come cualquier tipo de alimento),<br />
no es territorial y tampoco resulta un competi-