Septiembre-octubre - Revista Ciencia y Desarrollo - Conacyt
Septiembre-octubre - Revista Ciencia y Desarrollo - Conacyt
Septiembre-octubre - Revista Ciencia y Desarrollo - Conacyt
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
septos (tabiques orgánicos) membranosos y valvulares<br />
que separan las diferentes cavidades cardiacas y el septo que<br />
separa la arteria pulmonar de la aórtica, respectivamente.<br />
La falta de desarrollo de dichas estructuras impide que<br />
éstos se fusionen en etapas tempranas de la formación del<br />
corazón, lo que produce una comunicación auriculoventricular<br />
completa.<br />
Los estudios realizados por el doctor Orozco Buenrostro<br />
en un ratón con trisomía del cromosoma 16, modelo<br />
muy apropiado del síndrome de Down, han representado<br />
un papel muy importante en el conocimiento de<br />
los mecanismos patogénicos específicos que acabamos<br />
de describir. Conviene señalar que el investigador politécnico<br />
descubrió alteraciones electrofisiológicas muy semejantes<br />
en neuronas de ratones con trisomía 16, mismas<br />
que después fueron confirmadas en las de humanos con<br />
SD, que pueden incrementar la deficiencia mental y la<br />
hipotonía muscular característica de las personas que<br />
sufren dicho padecimiento.<br />
Por otro lado, es importante mencionar que el aumento<br />
de la esperanza de vida de los individuos con Down ha<br />
permitido observar en los adultos la aparición de otras<br />
anomalías cardiovasculares que no están presentes en la<br />
primera infancia. Todas las alteraciones en adultos contribuyen<br />
con el 3% del total de las cardiopatías congénitas<br />
y no son otra cosa que la manifestación de que la trisomía<br />
21 no sólo afecta los de desarrollo embrionario,<br />
sino también los procesos de desarrollo posnatal, como<br />
fue recientemente propuesto por el doctor Orozco.<br />
Diagnóstico de las cardiopatías del SD<br />
Los síntomas más notorios de las cardiopatías del<br />
síndrome incluyen: 1) dificultad para crecer; 2)<br />
taquicardia; 3) taquipnea; 4) soplos cardiacos; 5)<br />
sudoración; 6) palidez de la piel; 7) aumento del segundo<br />
ruido cardiaco, por la hipertensión pulmonar; 8) tórax<br />
convexo anteriormente por cardiomegalia; 9) insuficiencia<br />
temprana, en la cual puede aparecer cianosis intermitente,<br />
debido a que el cortocircuito es bidireccional, y 10)<br />
finalmente, cianosis permanente cuando la lesión vascular<br />
se ha vuelto irreversible, haciéndose inoperables las malformaciones.<br />
Sin embargo, en los neonatos, frecuentemente falla<br />
el diagnóstico clínico, a causa de soplos débiles y otras<br />
manifestaciones que resultan muy suaves a pesar de que<br />
haya comunicación anormal completa. Por ello, este diagnóstico<br />
debe realizarse en la unidad neonatal, a fin de evitar<br />
que se presenten alteraciones irreversibles indeseables,<br />
e incluir los siguientes estudios adicionales: a) radiografía<br />
para detectar cardiomegalia y agrandamiento de la arteria<br />
pulmonar; b) electrocardiograma con la finalidad de<br />
conocer la desviación del eje eléctrico del corazón, y c)<br />
ecocardiograma bidimensional para visualizar directamente<br />
las comunicaciones anormales entre las cavidades<br />
cardiacas, y esta técnica fue la que permitió diagnosticar<br />
las malformaciones características de los adultos. Así,<br />
una vez realizado el diagnóstico apropiado y oportuno de<br />
las anomalías cardiovasculares, se puede recomendar la<br />
terapia quirúrgica adecuada, lo cual previene la evolución<br />
de las complicaciones que amenazan la vida del paciente.<br />
La corrección de las anomalías cardiacas reduce la incidencia<br />
de las infecciones respiratorias a las que son muy<br />
susceptibles las personas con SD, que es otra de las causas<br />
principales de muerte. El diagnóstico adecuado y oportuno<br />
de las malformaciones permite aplicar el tratamiento<br />
con antibióticos, reduciendo los riesgos de la cirugía cardiaca<br />
y mejorando el pronóstico. Además, el tratamiento<br />
prequirúrgico ha contribuido de manera importante a la<br />
sobrevivencia de los individuos con Down.<br />
De todo lo anteriormente expuesto por el doctor Orozco<br />
Buenrostro, se augura que en un futuro cercano la investigación<br />
científica permitirá ampliar el conocimiento<br />
que tenemos del síndrome de Down, así como desarrollar<br />
terapias correctivas para las anomalías que aquejan a las<br />
personas con SD, lo que sin duda ayudará a continuar<br />
ampliando sus expectativas de vida y a mejorar su calidad.<br />
Por el momento, una estimulación temprana y una<br />
educación intensiva representan la mejor manera de contribuir<br />
a que los individuos con Down sean autosuficientes<br />
y gocen de una vida plena y digna.<br />
SEPTIEMBRE • OCTUBRE DEL 2001 65