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Septiembre-octubre - Revista Ciencia y Desarrollo - Conacyt

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cer como cuatrocientas o quinientas subdivisiones de<br />

vacas lecheras, cada una dando cierta cantidad de leche<br />

y durante cierto tiempo.<br />

Aún cuando estamos íntimamente convencidos de la<br />

exageración de semejante sistema, tal vez nos hubiéramos<br />

reservado nuestro pobre parecer por considerarnos<br />

poco autorizados para emitirlo. Pero podemos hacerlo<br />

francamente a la sombra de los de Magne, Joigneaux y<br />

otros, que ciertamente son autoridades.<br />

90 CIENCIA Y DESARROLLO 160<br />

El signo indicado por Guénon es sin disputa de muchísimo<br />

valor, pero no debe exagerarse estableciendo tan<br />

numerosas subdivisiones, que la memoria más feliz no<br />

pudiera retener. Además no debe confiarse ciegamente en<br />

él, ni menos querer establecer matemáticamente la cantidad<br />

de leche que pueda dar una vaca, pues aún combinándolo<br />

con todos los demás caracteres que hemos indicado,<br />

sólo podremos llegar a un resultado aproximativo<br />

que en la práctica es sin embargo más que suficiente.<br />

Crónica agrícola<br />

En el número tercero de El Cultivador nos despedimos<br />

de la ciudad de Córdoba y anunciábamos<br />

que nuestra redacción se trasladaba a la capital<br />

porque circunstancias excepcionales nos obligaban a dejar<br />

aquellos encantadores lugares y a refugiarnos en México.<br />

Este cambio de domicilio ha sido en extremo ventajoso<br />

a El Cultivador y nuestros lectores se apercibirán<br />

fácilmente de ello por la forma y la impresión del cuarto<br />

número de nuestra publicación. Para uniformarla nos<br />

proponemos reimprimir los tres números ya publicados<br />

y repartirlos gracias a nuestros suscriptores, con el objeto<br />

de que al empastar el volumen no se note el cambio de<br />

tipografía. Con ese objeto hemos conservado el plan primitivo<br />

que nos parece el más a propósito en obras de este<br />

género y para el que nos han servido de modelo los periódicos<br />

franceses de la índole del nuestro.<br />

Debemos sin embargo, hacer una manifestación sincera<br />

y franca: El Cultivador no produce, y lleva ya cuatro<br />

meses de vida, lo suficiente para cubrir sus numerosos<br />

costos. No llegan aún a ciento veinticinco sus suscriptores<br />

y si se tiene en cuenta que siendo la generalidad de estos<br />

personas y gobiernos de los Estados, algunos a grandes<br />

distancias de la capital, cuyas suscripciones están todas<br />

diseminadas, tanto más difíciles de recoger cuanto que<br />

son muy imperfectas, incómodas y costosas por los giros<br />

postales, se comprenderá fácilmente con cuantas dificultadas<br />

luchamos y cuanta suma de paciencia y numerario<br />

hemos tenido que anticipar en nuestra empresa. El Cultivador<br />

no ha degenerado por estas adversidades. Lejos de<br />

ello esperamos una remesa de doscientos grabados que<br />

hemos pedido a los Estados Unidos y colecciones de periódicos<br />

de Francia, Bélgica y Alemania y estamos dispuestos<br />

a sacrificar hasta el último centavo que hemos<br />

economizado en la emigración, en este periódico, porque<br />

aparte nuestro mérito negativo El Cultivador es un periódico<br />

de necesidad en la República, como que es el primero<br />

y el único de su género.<br />

Mucho podrían hacer los gobiernos de los Estados por<br />

El Cultivador y con pocos sacrificios. Una suscripción de<br />

diez pesos al mes no empobrecería ningún presupuesto<br />

y aumentaría notablemente los recursos del periódico.<br />

Nosotros nos comprometeríamos, si todos los gobiernos<br />

de los Estados nos tomaran, cada uno por valor de diez<br />

pesos de suscripciones, a regalar para las escuelas de esos<br />

mismos Estados, treinta suscripciones sobre las veinte que<br />

nos tomaran. En el estado actual nos es imposible porque<br />

sólo contamos con veintinueve suscripciones que nos toman<br />

los señores gobernadores de Zacatecas, Coahuila,<br />

Jalisco y Tabasco. Como se ve no es posible entrar en muchas<br />

prodigalidades, sin arruinarnos infaliblemente.

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