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Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual

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LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />

Un día la vi llegar muy alterada a las ocho de la mañana y me dijo que estando<br />

vistiéndose había visto de repente a su lado a su sobrino René Kraemer que la miró y<br />

dijo riendo:<br />

¡Sí, sí, estoy muerto!<br />

Muy asustada con aquella aparición, se había apresurado a ir a buscarme. La<br />

tranquilicé como pude y traté de hablar de otra cosa.<br />

Quince días después volvimos a París y supimos la muerte de mi primo René, de<br />

catorce años, ocurrida el 12 de junio de 1896, a las seis de la mañana, ósea a las siete<br />

de la hora de Italia. La aparición había coincidido con la muerte de mi primo, el cual,<br />

en sus últimos momentos, había expresado el deseo de ver a su tía Berta, mi madre.<br />

52<br />

ANDRÉS BLOCH,<br />

11, plaza Malesherbes, París<br />

El hecho observado por la señora de Bloch es del mismo orden que <strong>los</strong> dos<br />

precedentes. Á la hora en que su sobrino perdía el conocimiento de las<br />

cosas terrestres, pensaba ardientemente en ella, a la que amaba con ternura<br />

filial. ¿La fuerza psíquica del moribundo no pudo manifestarse sin salir del<br />

carácter de un niño de catorce años, que, en efecto, hubiera podido decir<br />

riendo: «Sí, sí, estoy muerto?» Se puede negar, negar siempre, pero ¿qué<br />

prueba una negación? ¿No es mejor ser franco y confesar que esas son<br />

coincidencias notables, aunque incomprensibles en el estado actual de<br />

nuestros conocimientos? La hipótesis de una alucinación sin causa es poco<br />

seria. No nos fiemos de palabras y busquemos.<br />

M. V. de Kerkhove me escribió en febrero de 1889:<br />

IV. - El 25 de agosto de 1874, estando en Tejas, Estados Unidos, al ponerse el sol,<br />

después de comer, estaba yo fumando una pipa en la sala baja de<br />

la casa, delante del mar, y había una puerta a mi derecha que<br />

daba al noroeste. Yo estaba sentado en el punto A. De repente, en<br />

el hueco de la puerta (B) vi distintamente a mi abuelo. Me<br />

encontraba yo en un estado de dulce bienestar y de quietud,<br />

como de un buen estómago que ha comido bien. No experimenté

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