Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual
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LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />
Iba yo a entrar en la Escuela naval y esperaba el momento en París, calle de la Ville-<br />
J'Evêque donde habitaba mi madre. Teníamos entonces un mayordomo piamontés<br />
muy inteligente y muy adicto, pero tan escéptico como poco crédulo. Para emplear la<br />
expresión popular, no creía ni en Dios ni en el diablo.<br />
Una tarde, á eso de las seis, entró en el salón con la cara convulsa. «¡Señora!<br />
exclamó, ¡Señora! Me ocurre una gran desgracia ¡Mi madre acaba de morir! Hace un<br />
instante estaba yo en mi cuarto descansando un rato y se ha abierto la puerta... Mi<br />
madre estaba en el umbral muy pálida y haciéndome un ademán de adiós. Me froté<br />
<strong>los</strong> ojos creyendo en una alucinación, pero no, la veía bien... Me precipité hacia ella<br />
pero desapareció. ¡Está muerta!» Y el pobre muchacho lloraba.<br />
<strong>Lo</strong> que yo puedo afirmar es que pocos días después se supo que su madre había<br />
muerto, en efecto, en el día y en la hora en que se apareció al hijo.<br />
BARÓN DESLANDES,<br />
Ex-oficial de Marina, 20, cal1e La Rochefoucau1d, París.<br />
La baronesa Staffe, cuyas preciosas obras están en todas las manos, me ha<br />
hecho conocer <strong>los</strong> dos casos siguientes:<br />
XI. - La señora M... perteneciente a una familia de médicos, era la veracidad misma.<br />
Era capaz de morir antes de decir una mentira. He aquí lo que me contó.<br />
En su adolescencia vivía en Inglaterra, Y a <strong>los</strong> diez y seis años era la prometida de un<br />
joven oficial del ejército de las Indias.<br />
Un día estaba asomada al balcón, pensando en su prometido, cuando le vio en el<br />
jardín, enfrente de ella, muy pálido y como extenuado. ¡Harry! ¡Harry! gritó y bajó<br />
precipitadamente la escalera. Abrió la puerta creyendo encontrar a su amado en el<br />
umbral, pero no había nadie. Entró en el jardín, examinó el sitio en que le había visto,<br />
registró las enramadas y Harry no estaba.<br />
Todos trataron de consolarla, de decirle que había sido una ilusión, pero ella repetía:<br />
«¡Le he visto! ¡Le he visto!» Algún tiempo después la joven supo que su prometido<br />
había muerto en el mar el día y a la hora en que ella le vio en el jardín.<br />
XII. - Bernardina era una criada sin instrucción, sin ninguna idea espiritualista y a la<br />
que se acusaba de entregarse algunas veces a la bebida.<br />
Una tarde bajó a la cueva a buscar cerveza y volvió a subir en seguida con el jarro<br />
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