Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual
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LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />
manifestación, (en general son mucho más precisas) observemos que el<br />
término medio de la mortalidad anual es de 22 por 1.000 personas. En un<br />
período de 24 horas, es; 365 veces más débil, es decir, de 22 por 365.000,<br />
o sea de 1 por 16.591. Hay, pues, 16.591 probabilidades contra una para<br />
que no se produzca la coincidencia del mismo día. Y todavía se trata de<br />
una cifra general y única. Para las personas jóvenes y en la fuerza de la<br />
edad, la proporción se eleva a 18.000 19.000 Y 20.000.<br />
Ahora bien, como las apariciones sin coincidencia no son ni veinte mil<br />
veces, ni diez mil ni cinco mil ni mil m ciento, ni siquiera diez veces más<br />
numerosas que las apariciones con coincidencia, ni son siquiera iguales, ni<br />
aun la mitad, ni la cuarta parte, ni acaso la décima de las manifestaciones<br />
verídicas, tenemos que concluir que hay en ellas una relación de causa y<br />
efecto.<br />
No negamos el azar ni las circunstancias fortuitas. <strong>Lo</strong> que se llama azar, es<br />
decir, lo desconocido de las fuerzas en acción, lleva a veces á<br />
coincidencias verdaderamente extraordinarias.<br />
Cuando estaba yo componiendo mi obra sobre la Atmósfera, escribía un<br />
día el capítulo sobre la fuerza del viento, comparando ejemp<strong>los</strong> curiosos<br />
cuando ocurrió el hecho siguiente:<br />
Mi despacho, en París, está alumbrado por tres ventanas; una al este, en la<br />
avenida del Observatorio otra al sudeste, en el Observatorio, y otra al sur,<br />
en la calle Cassini. Era verano y la primera ventana estaba abierta ante el<br />
bosque de castaños de la avenida. De pronto el cielo se cubre, se levanta el<br />
viento y la tercera ventana, mal cerrada seguramente se abre con violencia<br />
a impulsos de una ráfaga del sudoeste que revuelve todos mis papeles, y<br />
apoderándose de las cuartillas que acababa de escribir, se las lleva en un<br />
torbellino por encima de <strong>los</strong> árboles. Un instante después cae un copioso<br />
chaparrón de tempestad.<br />
Me pareció trabajo perdido el de bajar a buscar las cuartillas y las di por<br />
perdidas.<br />
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