Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual
Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual
Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />
prometido, esperado, deseado dar al que queda una prueba de su existencia<br />
póstuma. Podemos sin duda responder que ignoramos de qué manera se<br />
pueden producir esas manifestaciones; que hay leyes desconocidas,<br />
dificultades, imposibilidades; que es necesario que dos cerebros estén en<br />
armonía, en sincronismo, para vibrar bajo 1a misma influencia; que la<br />
unión íntima de dos corazones no prueba la igualdad sincrónica de dos<br />
cerebros, etc. Pero, puesto que esos sucesos se verifican algunas veces y en<br />
casos bastante ordinarios, subsiste la objeción, y muy grave.<br />
Sí, muy grave. Yo mismo me he encontrado muchas veces con el alma<br />
desgarrada por la separación brusca de un ser amado. En mi adolescencia,<br />
un amigo íntimo, un compañero de clase murió prometiéndome probar su<br />
supervivencia, si era posible. ¡Habíamos discutido la cuestión con tanta<br />
frecuencia! Algún tiempo después uno de mis más queridos colegas de la<br />
prensa científica me propuso el mismo pacto, aceptado mutuamente.<br />
Mucho después, una persona que me era particularmente adicta<br />
desapareció de la vida, en el momento mismo en que ese problema de la<br />
supervivencia nos apasionaba a <strong>los</strong> dos, dándome la seguridad sincera de<br />
que su único deseo era que su muerte prematura sirviera para la<br />
demostración de esa verdad. Y nunca, jamás, a pesar de mis esperanzas; a<br />
pesar de mis deseos, á pesar de mis votos, nunca he tenido ninguna<br />
manifestación. ¡NADA! ¡NADA! ¡NADA!<br />
He perdido a mi padre hace algunos años. Es verdad que estaba a su lado y<br />
que no necesitaba ser advertido. Pero después, nada.<br />
Tenía yo por mi abuelo y por mi abuela una adoración fuera de tino. El<strong>los</strong><br />
también me amaban con locura y yo les quería tanto, que siempre me ha<br />
sido imposible, absolutamente imposible ir a la tumba en que reposan.<br />
Mucho tiempo antes de llegar a aquel pequeño cementerio de pueblo, <strong>los</strong><br />
sollozos me ahogan, me ciegan y me hacen temblar las piernas. Nunca, sin<br />
embargo, se me han manifestado de ningún modo, ni en el momento de su<br />
muerte ni después de su alejamiento de la tierra.<br />
Mi cerebro no es sin duda apto para percibir esas especies de ondas etéreas<br />
ni de orígenes vivientes ni de orígenes muertos. Nada, ninguna sensación<br />
160