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Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual

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LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />

víctimas de las mentiras más audaces y <strong>los</strong> que han sostenido <strong>los</strong> absurdos<br />

más co<strong>los</strong>ales.<br />

Una mirada a la humanidad nos muestra tantos crédu<strong>los</strong> como incrédu<strong>los</strong>,<br />

engañados unos y otros por su manera de pensar.<br />

Todo el mundo conoce la historia del diente de oro de que habla Fontenelle<br />

en su Historia de <strong>los</strong> Orácu<strong>los</strong>. En 1593 corrió el rumor de que a un niño<br />

de siete años, en Silesia, le había nacido un diente de oro, al cambiar la<br />

dentadura. Hortius, profesor de medicina de la Universidad de Helmstoedt,<br />

escribió en 1595 la historia de este diente y aseguró que era en parte<br />

natural y en parte milagroso y que había sido enviado por Dios a aquel<br />

niño para consolar a <strong>los</strong> cristianos, afligidos por <strong>los</strong> turcos. No se<br />

comprende bien qué relación puede existir entre aquel diente y <strong>los</strong> turcos,<br />

pero la explicación fue sin embargo tomada en serio.<br />

En el mismo año Bullandus escribió sobre esto otra historia y dos años<br />

después Ingolsterus, otro sabio, publicó una nueva memoria contradictoria<br />

con las dos primeras. «Otro grande hombre llamado Livabius, añade<br />

Fontenelle, recopiló todo lo que se había dicho acerca del diente y dijo su<br />

opinión particular. No faltó a tantos hermosos trabajos sino que el diente<br />

fuese de oro. En cuanto le examinó un orfebre se vio que era una lámina de<br />

oro aplicada al diente con mucha habilidad; lo que no impidió que se<br />

hubieran escrito muchos libros antes de consultar al orfebre.» Hay más de<br />

un diente de oro en la historia de la credulidad antigua y moderna.<br />

¿Quién no recuerda <strong>los</strong> ratones con trompa, de que fue víctima hace medio<br />

siglo un sapientísimo naturalista?<br />

Un zuavo, para ocupar el ocio que el Gobierno le proporcionaba en África,<br />

se divertía en practicar el injerto animal en las ratas; les insertaba un<br />

pedazo de rabo en el hocico y la unión se verificaba perfectamente, como<br />

se ve reconstituir una nariz con un pedazo de piel. Un sabio del Museum<br />

de París pagó muy cara la primera rata que le enviaron como muestra de<br />

una especie de roedores desconocida hasta entonces. Le enviaron otras,<br />

que él también compró con gran liberalidad y parece que no cayó en la<br />

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