Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual
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LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />
faltan nunca, Hace unos años pasé una vez dos días traduciendo un largo<br />
pasaje griego bastante difícil, y no bien acostado, vi tantas imágenes y tan<br />
movibles que me levanté asustado para disipadas. Por el contrario, cuando<br />
estoy en el campo y tengo el espíritu tranquilo, no se verifica casi nunca<br />
ese fenómeno.<br />
«El café puro y el vino de Champagne, bebidas que, aun en pequeña<br />
cantidad, provocan en mí la cefalalgia, me predisponen mucho a las<br />
alucinaciones hipnagógicas; pero en este caso no aparecen hasta que, tras<br />
de muchas horas de procurar en vano conciliar el sueño, voy por fin a<br />
lograrlo.<br />
«Para confirmar las observaciones que indican la congestión cerebral<br />
como una de las causas más marcadas de alucinaciones, diré que todos <strong>los</strong><br />
que las padecen me han asegurado que son propensos a dolores de cabeza,<br />
mientras que muchas personas, entre ellas mi madre, para las cuales la<br />
cefalalgia es casi desconocida, declaran que nunca han tenido esas visiones<br />
fantásticas.»<br />
Esta observación nos muestra que el fenómeno debe unirse a una<br />
sobreexcitación del sistema nervioso y a una tendencia congestiva del<br />
cerebro.<br />
La alucinación hipnagógica es indicio de que, durante el sueño que se<br />
prepara, la actividad sensible y cerebral estarán notablemente debilitadas.<br />
En efecto, cuando esas alucinaciones empiezan, el espíritu ha dejado de<br />
prestar atención, no prosigue el orden lógico y voluntario de sus<br />
pensamientos y de sus reflexiones, abandona a sí misma a la imaginación y<br />
se convierte en un testigo pasivo de las creaciones que ésta hace<br />
incesantemente nacer y disiparse. Esta falta de atención y de tensión<br />
intelectual es al principio necesaria para la producción del fenómeno y<br />
explica por qué éste es un pródromo del sueño, pues para que podamos<br />
dormir es preciso que la inteligencia se retire en cierto modo, que afloje<br />
sus resortes y que se coloque en un estado de semisopor. El comienzo de<br />
ese estado es precisamente necesario para la aparición de esta especie de<br />
alucinaciones. La retirada de la atención puede ser efecto, ya del cansancio<br />
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