14.06.2013 Views

Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual

Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual

Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos - Luz Espiritual

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

LO DESCONOCIDO Y LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS por CAMILLE FLAMMARION ‐ http://www.espiritismo.es<br />

me fui paseando por el cercado hasta el camino. Nótese bien que era un día de agosto,<br />

con un hermoso sol, y que pasaba mucha gente por la carretera. Yo estaba alegre,<br />

lleno de juventud y de vida y sin nada que pudiera hacer divagar mi imaginación. A<br />

pocos pasos de mí había unos campesinos.<br />

De repente, un fantasma se irguió delante de mí y tan cerca, que si hubiera sido un ser<br />

humano se hubiera tocado. Por un momento me impidió ver el paisaje y <strong>los</strong> objetos<br />

que me rodeaban. No distinguí exactamente <strong>los</strong> contornos del fantasma, pero vi<br />

moverse sus labios y murmurar alguna cosa. Sus ojos me dirigieron una mirada tan<br />

intensa y tan severa, que retrocedí instintivamente. Maquinalmente y acaso en alta<br />

voz exclame: «¡Dios mío, es Harrisson!» aunque no pensaba en él en aquel momento.<br />

A <strong>los</strong> pocos segundos, que me parecieron una eternidad, el fantasma desapareció y yo<br />

me quedé clavado en mi sitio.<br />

La extraña sensación que experimenté hace que no pueda dudar de la realidad de la<br />

visión. Sentí mi sangre helarse en las venas. Mis nervios estaban tranqui<strong>los</strong>, pero<br />

experimenté un frío mortal que me duró una hora y fue desapareciendo a medida que<br />

se restablecía la circulación.<br />

Nunca, ni antes ni después, he sentido una Impresión parecida. No hablé de esto a las<br />

señoras por no asustarlas y la sensación desapareció gradualmente.<br />

Ya he dicho que la casa estaba cerca de la carretera, en medio de la propiedad, a lo<br />

largo de un camino que conduce a la aldea, y a 300 metros de toda otra casa. Había<br />

una verja de hierro de siete pies de altura para proteger la casa contra <strong>los</strong> vagabundos<br />

y las puertas se cerraban siempre al anochecer.<br />

Aquella noche hacía un tiempo hermoso, puro y tranquilo y nadie hubiera podido<br />

aproximarse á1a casa, en el profundo silencio de una noche de verano, sin ser oído a<br />

lo lejos. Además había un gran perro para guardar la puerta de entrada y dentro de la<br />

casa un perrillo que ladraba a todo el mundo y a cualquier ruido. Íbamos a retirarnos<br />

a nuestros dormitorios y estábamos sentados en la sala de la planta baja teniendo con<br />

nosotros al perrillo. <strong>Lo</strong>s criados se habían ido a acostar en una habitación detrás de la<br />

casa, a unos sesenta pies de nosotros.<br />

De repente se oyó en la puerta de entrada un ruido como si la puerta temblase en su<br />

dintel y vibrase a impulsos de golpes repetidos. Nos pusimos en pie, mudos de<br />

asombro, y <strong>los</strong> criados llegaron medio desnudos para saber qué sucedía.<br />

Corrimos a la puerta, pero no vimos ni oímos nada. El perro, contra su costumbre, se<br />

106

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!