Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
25.qxd 02/09/<strong>2002</strong> 03:50 p.m. Página 78<br />
PAGINA 78 | MERCADO DEL ARTE<br />
El tejido y la memoria.<br />
El textil y el cuerpo receptores <strong>de</strong> cambios,<br />
permeables y <strong>de</strong> memoria inmediata.<br />
Rara vez se pueda uno alejar <strong>de</strong> la referencia a<br />
lo cotidiano con que carga los materiales textiles.<br />
La organicidad y sensualidad <strong>de</strong> los objetos<br />
blandos <strong>de</strong>finen una diferente cualidad espacial<br />
que permite al espectador un nuevo acercamiento<br />
a la obra, establecido no sólo por la<br />
mirada sino con la totalidad <strong>de</strong>l cuerpo<br />
La textil carga con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> no-permanencia,<br />
<strong>de</strong> fragilidad, <strong>de</strong> lo efímero y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgaste en su<br />
uso.<br />
Estos son diferentes ítems que consi<strong>de</strong>ro<br />
importantes para que cada uno pueda <strong>de</strong>finir el<br />
precio <strong>de</strong> una obra.<br />
El valor <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> arte<br />
Por Merce<strong>de</strong>s D. Araujo<br />
uno<br />
Ayer fui parte <strong>de</strong> un extraño suceso. De manera<br />
espontánea y repentina pasé <strong>de</strong> una placida,<br />
cómoda y contemplativa actitud <strong>de</strong> espectadora<br />
<strong>de</strong> obras <strong>de</strong> artes a un lugar <strong>de</strong> acción en el<br />
que se llevaba a cabo un "juego" propuesto por<br />
la artista Marina De Caro. Ella, bajo la premisa<br />
"El valor <strong>de</strong> las cosas: ¿cuál es el valor <strong>de</strong> las<br />
obras <strong>de</strong> arte?" proponía en el stand <strong>de</strong> Lelé <strong>de</strong><br />
Troya en la Feria <strong>de</strong> Arte Arteba <strong>2002</strong>, que la<br />
obra expuesta en ese espacio recibiera el valor<br />
que el comprador consi<strong>de</strong>rara el equivalente a<br />
la obra/ objeto <strong>de</strong> intercambio.<br />
Des<strong>de</strong> el primer minuto en el que me involucré<br />
voluntariamente en su juego/propuesta <strong>de</strong><br />
investigación, una serie <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones,<br />
<strong>de</strong>seos, sentimientos <strong>de</strong> pudor e incomodidad<br />
comenzaron a entretejerse entre los pliegues<br />
<strong>de</strong> mi voluntad. Mi voluntad, digámoslo claramente,<br />
<strong>de</strong> apropiarme <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> arte que <strong>de</strong><br />
manera compulsiva y rauda me había inducido<br />
a querer jugar. O sea, <strong>de</strong>seo.<br />
dos<br />
Yo llamo juego a lo que probablemente Marina<br />
De Caro llama, con mayor justeza, proyecto <strong>de</strong><br />
investigación. Pero lo llamo juego entendiendo<br />
que el juego es un ejercicio recreativo sometido<br />
a reglas en el que se gana o se pier<strong>de</strong> o se<br />
logra un fin o se resuelve una cuestión propuesta<br />
en términos <strong>de</strong> acertijo.<br />
La premisa <strong>de</strong> Marina De Caro tenía un poco<br />
<strong>de</strong> todo esto. Cuál es el valor <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong><br />
arte para quién la quiere comprar sin que el<br />
artista que la ofrece le haya puesto un valor<br />
previo ni tampoco, una vez hecha la oferta, la<br />
pueda rechazar por encontrarla injusta.<br />
¿El precio o valor monetario <strong>de</strong> esa obra <strong>de</strong><br />
arte es una adivinanza o un acertijo que el comprador<br />
<strong>de</strong>be adivinar si preten<strong>de</strong> no comportarse<br />
<strong>de</strong>smedidamente inequitativo o abusivo<br />
respecto <strong>de</strong> lo que paga?<br />
¿Es posible pagar un precio justo por una obra<br />
<strong>de</strong> arte? Aparentemente esa posibilidad se<br />
podría esbozar en un remate don<strong>de</strong> por lo<br />
menos dos o más personas pujan por la obra<br />
que <strong>de</strong>sean, partiendo <strong>de</strong> un valor base que el<br />
artista o marchand o propietario <strong>de</strong> la obra<br />
consi<strong>de</strong>ra justo. Pero <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l juego propuesto<br />
no existían esas reglas. Sólo estaba yo<br />
con poca plata en el bolsillo y <strong>de</strong>bía tratar simplemente<br />
<strong>de</strong> poner un precio que no me sería<br />
rechazado. Lamentablemente, digo lamentablemente<br />
porque eso dificultó mucho mi posición<br />
moral en el juego, yo solo tenía en mi<br />
po<strong>de</strong>r veinte pesos y las obras <strong>de</strong> Marina De<br />
Caro, multiplican en cien o en miles <strong>de</strong>pendiendo<br />
<strong>de</strong> la obra, en su valor, los escasos dos<br />
billetes que yo tenía en mi billetera.<br />
Pero no <strong>de</strong>bía poner i<strong>de</strong>almente un valor y<br />
<strong>de</strong>cirle a Marina “vale oro” porque entonces no<br />
podía jugar. Así fue como la obra <strong>de</strong> Marina<br />
pasó a mi po<strong>de</strong>r simplemente por haberme animado<br />
a <strong>de</strong>cir “el precio que tiene es lo que yo<br />
tengo en mi bolsillo”.<br />
¿Es posible poner el precio justo <strong>de</strong> una obra<br />
<strong>de</strong> arte? Indudablemente la obra <strong>de</strong> arte <strong>de</strong><br />
Marina De Caro tiene un valor o precio i<strong>de</strong>al y<br />
tenía otro en ese “aquí y ahora” limitado por<br />
concretísimos datos fácticos: los pocos billetes<br />
que poblaban mi billetera y la permisiva regla