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Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

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NOTAS SOBRE LA REENCARNACIÓN<br />

Tal es el título del primero de dichos trabajos preliminares, debido a la pluma del eminente escritor<br />

<strong>Leadbeater</strong>.<br />

Empieza haciendo notar que entre los hombres hay una gran diversidad de clases, y que, por tanto,<br />

el orden de sus reencarnaciones varía también mucho a causa de que, como el objeto principal consiste en<br />

el progreso de su evolución, han de diferir precisamente los procedimientos para cada Ego. En la gran<br />

mayoría de los casos, cuando una persona nace entre las clases cultas, es probable se encuentre en un<br />

medio parecido en su próximo renacimiento. Dos razones hay para que así sea: primera, que tal es el<br />

medio del cual el Ego puede sacar provecho, pues, de lo contrario, no debía ser colocado en él; y segunda,<br />

que el Karma que él ha de crear en ese medio, es demasiado complicado para que pueda producirse<br />

viviendo entre los ignorantes o los salvajes. Por consiguiente, los Egos de las clases elevadas nacen<br />

generalmente, entre las gentes cultas; y, sin embargo, con frecuencia encontramos excepciones notables.<br />

Entre estos Egos de clase elevada hay varios y grandes tipos. Un Ego del tipo que nos es más<br />

conocido suele pasar por las distintas subrazas, siguiendo un orden regular, naciendo una vez en cada una<br />

de ellas y transcurriendo entre sus nacimientos un espacio de tiempo de unos mil doscientos años. Parece<br />

ser que cada subraza está dispuesta para desarrollar ciertas cualidades en el Ego y enseñarle determinadas<br />

lecciones, pasando éste por ellas para su perfeccionamiento. Así ocurre que si un Ego posee ya las<br />

cualidades características de una subraza, prescinda de ella y encarne en la que sigue; y, por el contrario,<br />

si el Ego carece en absoluto de aquellas cualidades, nace una y otra vez en esa subraza hasta adquirirlas.<br />

<strong>Las</strong> investigaciones hechas últimamente y relacionadas con estos pormenores aclaran muchos<br />

conceptos; pero antes de poder darse los resultados deben ordenarse y estudiarse cuidadosamente. Hay<br />

otros tipos entre estos Egos, de clase superior, que parece no pasan ordenadamente por las respectivas<br />

subrazas y que, por el contrario, tienen tendencia a volver una y otra vez a determinada subraza. Parecen<br />

dedicarse especialmente a evolucionar en aquella subraza, y sólo accidentalmente hacen escapadas a otra<br />

para procurarse cualidades especiales. Entonces el intervalo entre dos vidas es más corto, por ejemplo:<br />

setecientos años en lugar de mil doscientos.<br />

Evidentemente los Egos que llegan hasta aquí procedentes de la cadena lunar, lo hacen en grupos,<br />

con notables intervalos entre ellos, y los individuos de cada grupo tienen características comunes que les<br />

distinguen de los otros grupos. En un principio se creyó que esto era una prueba de que los Egos<br />

procedían de los diferentes rayos o tipos planetarios; pero se ha observado que no es así, porque hemos<br />

encontrado en un mismo grupo individuos de muy diferentes rayos. También hemos de hacer notar que<br />

durante las últimas investigaciones hemos encontrado un nuevo tipo cuya existencia ni siquiera habíamos<br />

sospechado, y que nos hace suponer que como éste pueden existir otros tipos aún no conocidos. Es sabido<br />

que los judíos son una excepción de la regla general, pues constituyen una raza aparte de los demás, y sus<br />

individuos raramente reencarnan fuera de su raza; y no debe sorprendernos el saber que los chinos y<br />

japoneses empiezan hoy a ser otra excepción en el mismo sentido.<br />

Los Egos de las diferentes clases inferiores encarnan muchas veces en cada raza, pues son más<br />

tardíos en aprender sus lecciones, y como su desarrollo espiritual no es grande, crean menos energías y,<br />

por consiguiente, los intervalos entre sus nacimientos han de ser más cortos, transcurriendo de una vida a<br />

otra trescientos años y aun menos. Los salvajes que viven África, o las gentes de los suburbios de<br />

Londres, permanecen unos cuantos años en el plano astral y luego vuelven a la tierra inmediatamente. <strong>De</strong><br />

aquí se sigue que la diferencia en número entre las gentes cultas y evolucionadas y la gran masa de los<br />

incultos no sea tan grande como parece a primera vista, pues en tanto que estos últimos están viviendo en<br />

casi su totalidad, puesto que permanecen muy poco tiempo en los planos elevados, los primeros están<br />

ausentes del plano físico un 90 a 95 por 100 del tiempo.<br />

Tres factores principales determinan las condiciones de los renacimientos: Primero, y el más<br />

importante de todos, es la influencia ejercida por la Ley de la Evolución. El Logos desea que el hombre<br />

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