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Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

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VIDA I<br />

Nacimiento Duración Muerte Intervalo<br />

Vida<br />

Lugar de<br />

No. Año Años Año Años Sexo Nacimiento Raza Subraza<br />

1 A.C 22662 84 A.C. 22578 819 F América del Norte IV 2<br />

En la vida con que comienza nuestra historia, nació <strong>Alcione</strong> con cuerpo femenino en uno de los<br />

países del Golfo, en la América del Norte, que a la sazón era un reino llamado Toyocatli regido por<br />

Marte. Fue <strong>Alcione</strong> la hija primogénita de Mizar y Helios, cuya paternidad estuvo henchida de amor,<br />

devoción y ternura. Mizar era hombre muy rico, pues no sólo poseía numerosos rebaños y manadas, sino<br />

que además abundaba su hacienda en arenas auríferas que se lavaban en las márgenes de una rápida<br />

corriente cuyo cauce se tendía en una región montañosa. Sin embargo, los rebaños no eran de cabras y<br />

ovejas exactamente iguales a las de ahora, sino más parecidas al gnu.<br />

El animal más común en aquel tiempo era una especie de cabra muy fornida y de largo pelo, con la<br />

cabeza, cuello y cuernos algo semejantes a los de un becerro. El país montañoso que rodea al Golfo,<br />

parece haber tenido muy distinta topografía en aquel entonces. El río que ahora llamamos Mississipi,<br />

cruzaba el actual Estado de su nombre en vez de trazar como ahora una, curva entre este Estado y el de<br />

Luisiana. El Golfo de Méjico era entonces menos extenso y de configuración enteramente distinta.<br />

En una hermosa arboleda, no lejos de la casa de <strong>Alcione</strong>, levantábase un magnífico templo en forma<br />

de estrella pentagonal, en cuyos ángulos se abrían escaleras que guiaban a la cámara central de las<br />

ceremonias, coronada por ancha cúpula de color azul en su parte interior. Por la línea de coincidencia<br />

entre la cúpula y el muro interno corría un friso de casi un metro de altura, de un metal de aspecto<br />

argentino y ataraceado con símbolos y jeroglíficos. <strong>De</strong> la parte superior de la bóveda pendían siete<br />

campanillas de plata, lo suficientemente pesadas y grandes para producir armónicos, claros, vibrantes y<br />

hermosos sonidos. En los sótanos del templo había criptas donde, en estuches de piedras preciosas, se<br />

guardaban los instrumentos del culto propio de las solemnidades y ceremonias extraordinarias y secretas.<br />

La cámara central era una rotonda de paredes decoradas con piedras de singular rareza y talladas en<br />

formas simbólicas, de cuyo conjunto arquitectónico podremos tener idea si recordamos el estilo bizantino.<br />

En esta rotonda se celebraban todas las fiestas religiosas y las ceremonias sacramentales.<br />

En el segundo piso del templo, en las puntas de la estrella, estaban las habitaciones de los<br />

sacerdotes, y una de las ventanas que en ellas se abrían daba a la rotonda, de modo que, algunas veces, los<br />

sacerdotes presidían las ceremonias secundarias asomados a la ventana de su habitación particular. En<br />

este templo encontramos la primera escena importante de la vida de <strong>Alcione</strong>, cuando, a la edad de seis<br />

meses, la presentaron y consagraron sus padres. Presidió Mercurio la ceremonia, asistido por otros tres<br />

sacerdotes y el Mahâguru, que, en forma astral, aparecía sobre el altar, aunque únicamente visible para los<br />

clarividentes. Los otros tres sacerdotes eran Osiris, Venus y Brhaspati.<br />

Este grupo ofrece abundante materia de meditación, pues difícilmente podemos considerar fortuita<br />

coincidencia que estuvieran entonces reunidos quienes, posteriormente, habían de representar cuatro<br />

formas distintas de los Misterios Mayores. La ceremonia de la consagración de <strong>Alcione</strong> parece que tuvo<br />

machismo de astronómica. El color del altar era azul eléctrico, peculiar del planeta Urano que estaba en<br />

su ascensión al nacer <strong>Alcione</strong>. La influencia de este planeta intervendría en algún modo en las latentes<br />

posibilidades de desarrollo físico que más tarde se manifestaron en su vida. Durante la ceremonia de la<br />

consagración aparecióse un <strong>De</strong>va, bajo cuya salvaguarda pusieron a la niña, previa aprobación del<br />

Mahâguru que, según ya dijimos, estaba presente en aquella ocasión y desde los planos superiores dirigía<br />

la obra de Mercurio.<br />

El Mahâguru era el Fundador de la religión de aquel pueblo. Y se infiere que apareció con objeto de<br />

establecer un lazo de unión entre la niña y el <strong>De</strong>va protector, extendiendo sus brazos sobre ella, como<br />

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