31.10.2012 Views

Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Repuso Marte:<br />

“Verdad es que estarás a mi servicio, y no sólo esta vez, sino muchísimas otras en venideros kalpas.<br />

Sin embargo, tu mejor servicio no has de prestármelo en pelea contra mis enemigos, sino ayudándome a<br />

fundar, en lo porvenir, un reino que durará miles de años, y el resultado de tus hazañas en este reino jamás<br />

se desvanecerá”.<br />

Dicho esto, dio el rey las gracias a <strong>Alcione</strong> y despidióle con sumo afecto.<br />

Al regresar <strong>Alcione</strong> a su casa, vio cumplido el vaticinio de Marte. La desgracia que le había<br />

predicho el rey, era la muerte de su madre Mercurio. Causóle tan amarga pena, que no se sintió capaz de<br />

emplearse por más tiempo en los asuntos de la vida ordinaria, y como todos sus hijos estaban ya en edad<br />

de discernir, determinóse a llevar a efecto su, por tantos años, acariciado anhelo de entregarse a la vida<br />

ascética. Por lo tanto, dejó a su primogénito Heracles en la corte del rey Marte y confió la dirección de la<br />

casa y posesiones a su segundo hijo Mizar.<br />

Aunque todavía joven, llegó a ser Heracles no sólo excelente caudillo de las tropas de Marte, sino<br />

valioso y experimentado consejero. Cobró mucha popularidad y amáronle las gentes del país. Andando el<br />

tiempo contrajo, íntima amistad con el primogénito de Marte, llamado Orfeo, quien al heredar el trono por<br />

muerte de su padre, nombró a Heracles primer ministro, cuyo cargo ejerció fidelísimamente durante<br />

largos años, hasta que habiéndose suscitado entre ambos discrepancia de opiniones acerca de un asunto<br />

político, dimitió Heracles impelido por su delicadísimo temperamento, y solicitó el gobierno de una<br />

provincia lejana. Aceptó el rey la dimisión muy pesaroso, y Heracles llegó a ser de hecho gobernador<br />

absoluto de aquella provincia, pues el rey para nada intervenía en sus actos. Al cabo, de años murió el rey,<br />

pero como su sucesor, Ceteo, diese un decreto que Heracles no consideró digno de obediencia, se declaró<br />

independiente por el mero hecho de no cumplirlo, y así podemos decir que fundó un pequeño reino<br />

aparte. Heracles había casado con Géminis, mujer que le amaba apasionadamente, pero que era de<br />

temperamento impulsivo, y no muy firme carácter. Tuvieron diez hijos, entre los cuales mencionaremos a<br />

Erato, Ausonia, Melete y Concordia, varones; y a Cabrillas, Espiga, Auriga y Andrómeda, hijas.<br />

Mizar, segundo hijo de <strong>Alcione</strong>, gobernaba satisfactoriamente su dilatada familia, pero a todos<br />

sorprendió su matrimonio con una esclava llamada Irene, cuya historia es como sigue:<br />

Durante la segunda expedición militar en que <strong>Alcione</strong> peleó a las órdenes de Marte, se le tomaron al<br />

enemigo gran número de prisioneros que fueron reducidos a servidumbre. Entre ellos había uno cuya hija<br />

le amaba tanto, que no quiso separarse de él en la esclavitud. <strong>De</strong>spués de la muerte de su padre, la<br />

muchacha quedó en poder de <strong>Alcione</strong>, en cuya casa creció sirviéndole muy fiel y asiduamente, y<br />

ayudándole en el cuidado de los hijos, hasta que al ponerse Mizar al frente de la familia, tomó la audaz<br />

determinación de casarse con ella, sin que jamás le diese el más mínimo motivo de arrepentirse de ello.<br />

Su hijo primogénito fue Casiopea, y entre sus hijas se cuentan Altaír, Wenceslao, Leto y Centauro.<br />

A poco de la muerte de su madre, le propuso a <strong>Alcione</strong> un muy respetado amigo, que le acompañara<br />

en peregrinación a visitar a un santo varón que vivía en un sagrado santuario hacia el sur de la casa de<br />

<strong>Alcione</strong>. Resolvieron, en consecuencia, efectuar juntos la peregrinación, y que Cisne, hijo menor de<br />

<strong>Alcione</strong>, fuese con ellos para cuidar de su padre. Llegados al santuario recibióles muy afablemente el<br />

sabio y santo sacerdote (Júpiter), cuyas palabras fueron de gran consuelo para <strong>Alcione</strong>, a quien, por otra<br />

parte, le permitió presenciar ciertas ceremonias secretas, muy parecidas a los misterios eleusinos, lo cual<br />

estimuló sus facultades psíquicas, hasta el punto de que, durante una de dichas ceremonias, no sólo vio a<br />

su madre, sino que pudo comunicarse con ella. Emocionáronle de tal manera la hermosura del templo, la<br />

gravedad de las ceremonias y la santidad del sacerdote, que al enterarse de que en la India había muchos<br />

santuarios semejantes, prometió en su corazón visitarlos todos antes de morir. Parece que este voto era<br />

muy común entre los ascetas de la época, pero la mayor parte de ellos morían sin poder cumplirlo.<br />

32

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!