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Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

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VIDA XXIII<br />

Nacimiento Duración Muerte Intervalo<br />

Vida<br />

Lugar de<br />

No. Año Años Año Años Sexo Nacimiento Raza Subraza<br />

23 5635 47 5588 618 F India V 1<br />

<strong>De</strong>spués de una corta vida apartada de sus habituales amigos, volvió <strong>Alcione</strong> esta vez al seno de su<br />

grupo con viva alegría de su corazón, pues de nuevo estuvo a los pies de Mercurio y otra vez casó con<br />

Mizar, y por segunda en las treinta vidas fue Sirio su gemelo. Nacieron el año 5635, en Girnar, del reino<br />

de Kathiawar, y eran hijos de Corona, reyezuelo del país. <strong>Alcione</strong> amaba con indecible pasión a su<br />

hermano Sirio, y sabía lo que le estaba sucediendo a cualquier hora, y aun en ocasiones predecía lo que le<br />

iba a ocurrir. <strong>De</strong> niño, cayó una vez Sirio del caballo con tan violenta conmoción cerebral, que quedó<br />

algún rato sin sentido. En el mismo instante, <strong>Alcione</strong> (llamada en esta vida Chandrakirti), que estaba en la<br />

casa paterna, a no pocas millas de distancia, exclamó: “¡Sirio se ha caído!”, y al punto cayó desmayada.<br />

Otro día notaron en casa la falta del chico, y su madre, Leo, temerosa de que se hubiese caído al pozo,<br />

reprendió severamente a la criada por su falta de vigilancia; pero <strong>Alcione</strong> exclamó: “No tengas cuidado,<br />

madre, ni regañes a Biru (la criada), porque mi hermanito está en la montaña muy cansado. También lo<br />

estoy yo, y en cuanto él venga, nos iremos a la cama; pero no le ha sucedido nada malo”.<br />

Los gemelos se ponían enfermos y recobraban la salud los dos a un tiempo, y parecía como si<br />

mutuamente se adivinaran el pensamiento o, mejor dicho, que pensaran lo mismo, pues tenían idénticas<br />

simpatías y aficiones respecto de personas y cosas. Según iban creciendo, no era tan sorprendente la<br />

paridad en todos pormenores, y aunque seguían teniendo los mismos pensamientos, discrepaban en el<br />

vigor y energía de su concepción. <strong>De</strong>cía la gente que eran dos cuerpos con una sola alma; pero, en<br />

realidad, había sido distinta la línea de evolución de uno y otra. Físicamente se parecían como dos gotas<br />

de agua, con la única diferencia de que el hermano era algo más alto. Uno de los mayores goces de<br />

<strong>Alcione</strong> consistía en ponerse los trajes le su hermano para que los criados la confundieran con él, como<br />

sucedía casi siempre, hasta el punto de salir fuera de casa seguido de ellos, sin que nadie sospechara la<br />

suplantación.<br />

Sin embargo, las características morales de los gemelos eran muy distintas, pues mientras en<br />

<strong>Alcione</strong> brillaban, la firmeza y gravedad de carácter, Sirio se distinguía por el suyo arrebatado e<br />

impulsivo y algunas veces impaciente y colérico. Siempre estaba dispuesta a sacrificarse por su hermano,<br />

quien recíprocamente la quería en extremo, y hubiera hecho todo lo posible por ella. Insistió <strong>Alcione</strong> en<br />

recibir la misma educación que Sirio y aprender cuanto él aprendiera, con lo que acopió gran suma de<br />

conocimientos, no comunes en las muchachas indas de su tiempo. A los catorce años se le deparó a Sirio<br />

la primera oportunidad de ir a la guerra, y <strong>Alcione</strong> solicitó acompañarle, pero, como se comprende, no<br />

quiso su padre, y aun el mismo Sirio con el ardor del bisoño dijo que no les sentaba bien a las mujeres<br />

guerrear como los hombres, aparte de que no podría él pelear con denuedo sabiendo que su hermana<br />

estaba en peligro.<br />

Indignóse <strong>Alcione</strong> por la negativa y se encerró en su aposento de la torre del homenaje; pero había<br />

hecho propósito de llevar a cabo su intento a despecho de todos y lo realizó, en efecto, disfrazada con las<br />

ropas de un mancebo de su edad llamado Mizar (hijo de Andrómeda, personaje influyente en la corte),<br />

quien amaba en secreto y sin esperanza a la doncella y hubiera hecho por ella cualquier cosa. Había sido<br />

Mizar compañero de juego de los gemelos y estaba, como decimos, rendidamente enamorado de <strong>Alcione</strong>,<br />

pero sin atreverse a aspirar a la mano de la hija del rey.<br />

Cuando <strong>Alcione</strong> se vio en las filas del ejército en campaña, emocionóse algún tanto, pero se<br />

mantuvo cerca de su hermano, y tuvo la buena suerte de poderle salvar la vida, porque mientras estaba él<br />

peleando cuerpo a cuerpo con un enemigo, acometióle otro por la espalda y allí le quitara la vida, si<br />

<strong>Alcione</strong> no se interpusiera vivamente, arremetiendo contra el agresor en personal combate, cuyos<br />

incidentes dieron con ambos en el suelo. Quiso la mala suerte de <strong>Alcione</strong> que cayera debajo de su<br />

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