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Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

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VIDA XVI<br />

Nacimiento Duración Muerte Intervalo<br />

Vida<br />

Lugar de<br />

No. Año Años Año Años Sexo Nacimiento Raza Subraza<br />

16 11182 71 11111 682 M India V 1<br />

Esta vida vuelve a tener la India por escenario, y en muchos aspectos ofrece vivo contraste con la<br />

anterior. En el Perú estuvo <strong>Alcione</strong> rodeado de gran número de amigos y parientes teósofos, a quienes<br />

conocimos, mientras que en esta encarnación apenas encontramos una docena de personajes con quienes<br />

estemos familiarizados. Se explica esto en parte, porque la mayoría de nuestros personajes dramáticos<br />

tardan, por término medio, doce siglos en reencarnar, y, en consecuencia, no pueden intervenir en la<br />

presente vida de <strong>Alcione</strong>.<br />

Nació nuestro héroe el año 11182 en una ciudad de Rajputana, llamada Ranthambhor. Era hijo de<br />

un jefe ario de carácter enérgico, aunque áspero, que poseía vastas tierras y gozaba de respetuosa<br />

consideración en el país. No había aún definida distinción de castas, pero la familia de <strong>Alcione</strong> era de las<br />

más conspicuas, y varios de sus miembros ejercían el sacerdocio en los templos, por lo que bien podemos<br />

llamarlos brahmanes. La madre de <strong>Alcione</strong> era excelente y muy dispuesta ama de casa, pero siempre la<br />

preocupaban asuntos de poca monta, y su naturaleza no rebosaba ni mucho menos espiritualidad.<br />

El niño <strong>Alcione</strong> era vivaracho y activo, si bien parecía de carácter muy reservado. Amaba más<br />

tiernamente a su tío Perseo que a sus padres, porque con éstos no había estado en relación hasta ahora,<br />

mientras que Perseo había sido su hermano mayor en el Perú. El tío vivía en la misma casa, y su<br />

influencia tuvo mucha eficacia en la formación de la mente del niño. Perseo era propenso a especular e<br />

inquirir toda clase de ocultas influencias, y aunque no recordaba sus pretéritas relaciones peruanas con<br />

<strong>Alcione</strong>, se sintió vigorosamente ligado a él desde un principio con lazos de simpatía, más firmes aún<br />

cuando advirtió la extraordinaria receptibilidad del niño, mucho mayor que la suya respecto de las ocultas<br />

influencias cuya evocación había aprendido.<br />

Con inesperado éxito ensayó Perseo en su sobrino algunos experimentos mesméricos, viendo que,<br />

al ponerle en trance, podía servir de medio de comunicación a varias entidades, y de instrumento de<br />

investigaciones clarividentes; pero jamás consintió en que otro sino él le hipnotizara, y además enseñóle<br />

las prácticas hipnóticas y a invocar los espíritus de la naturaleza con curiosos experimentos, como la<br />

escritura automática, por cuyo medio recibía frecuentes comunicaciones de seres ya fallecidos y aun de<br />

los todavía vivientes, que más tarde añadieron la comunicación oral a la escrita.<br />

Tío y sobrino vivían en íntimas relaciones psíquicas, sin contacto frecuente con la demás familia,<br />

pues aunque los padres de <strong>Alcione</strong> estaban enterados de todos aquellos experimentos fenoménicos, no<br />

hacían caso alguno de ellos y aun se inclinaban a tenerlos por locura, sin perjuicio de aprovecharse<br />

gozosamente de los útiles avisos que una o dos veces, dio la clarividencia de <strong>Alcione</strong>.<br />

Producíanse otros varios fenómenos, muy parecidos algunos a los del moderno espiritismo, pero<br />

generalmente se miraban con sospechosa vacilación como efecto de nigromancia, aunque no faltaban<br />

quienes respetuosamente los consideraban debidos a la inspiración. El joven <strong>Alcione</strong> quedaba a veces en<br />

trance, durante el cual ocurrían fenómenos de materialización.<br />

Todos estos experimentos estaban dirigidos por un espíritu protector llamado Narayán, a quien<br />

Perseo y <strong>Alcione</strong> respetaban profundamente como manifestación divina. Esta entidad prometió cuidar de<br />

<strong>Alcione</strong> en toda contingencia y desenvolver sus facultades, como así cumplió según fue creciendo el<br />

muchacho. Entre otras cosas, enseñóle la psicometría, y, en consecuencia, se tomaron tío y sobrino el<br />

trabajo de procurarse pedazos de piedra y otros objetos menudos que, procedentes de diversos países,<br />

tuvieran indicios de haber estado en contacto con las civilizaciones antiguas. <strong>Alcione</strong> demostró muy luego<br />

excelentes aptitudes para esta clase de labor psíquica, de modo que en repetidas experiencias adquirió con<br />

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