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Las Ultimas Treinta Vidas De Alcione (C. W. Leadbeater)

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El año 3998 tuvo fin el largo martirio de <strong>Alcione</strong> con la muerte de su marido, y sin tardanza la<br />

solicitó Sirio en matrimonio, a lo que opuso ella la consideración de estar mancillada por el contacto de su<br />

difunto esposo; pero la insistencia de Sirio la movió por fin a darle palabra de casamiento, en cuanto<br />

pasara el año fijado por la costumbre.<br />

Sintióse feliz Sirio con tan lisonjera perspectiva; pero una vez más vino la suerte a desvanecer sus<br />

esperanzas. Ocurrió que su hermano menor, Vega, se había enredado con una mujer de baja condición<br />

que le engañó con otro. El joven mató a los amantes, y hubo de escapar a la persecución de la justicia, por<br />

lo que, abandonando Sirio todo otro negocio, fuese en busca de su hermano, a quien encontró desfallecido<br />

y enfermo en una muy distante ciudad. Como el rey le había condenado a muerte, tuvo Sirio mucho<br />

trabajo en conseguir la conmutación de la última pena por una multa tan onerosa, que fue preciso vender<br />

todo el patrimonio para pagarla. Quedóse con ello Sirio en la pobreza, aunque muy satisfecho de haber<br />

rescatado a su hermano, quien, arrepentido ya de su mala conducta, vivió con él en oscuro sosiego. En<br />

semejantes circunstancias no le era posible contraer matrimonio con <strong>Alcione</strong>, pues había ésta de perder la<br />

viudedad, y si bien no tenía reparo en compartir la pobreza de Sirio, la atemorizaba la idea de serle mayor<br />

carga, de modo que ambos creyeron decreto del cielo los imprevistos obstáculos que por dos veces habían<br />

impedido su unión.<br />

<strong>Alcione</strong> se adscribió al templo metropolitano, y allí estudió bajo la dirección de Mercurio, que había<br />

hecho admirables progresos en sabiduría mística. Sirio, por su parte, se dedicó ardorosamente a la opuesta<br />

tarea de restaurar su casa solariega. <strong>Treinta</strong> años tardó en la empresa, que al fin pudo terminar con feliz<br />

éxito, y entonces, a los sesenta años de edad, trató de nuevo con <strong>Alcione</strong> el asunto de su casamiento. Pero<br />

ella había logrado, a fuerza de estudios y servicios, una desahogada posición en el templo que le era<br />

forzoso dejar para casarse; y así, después de mucho meditar sobre el caso y consultarlo con Mercurio y<br />

Urano, resolvieron ambos, no sin pena, que debían los contrariados amantes seguir viviendo<br />

separadamente, como hasta entonces, en sacrificio a los dioses. Uno de los estudiantes del templo,<br />

llamado Cisne, también se había enamorado de <strong>Alcione</strong> sin resultado alguno.<br />

Vega se casó con una compañera de infancia (Osa), hija de un rey indo destronado que estaba<br />

acogido en Egipto. Fueron felices y les nacieron dos hermosos hijos (Andrómeda y Dragón), en quienes<br />

se miraron Sirio y <strong>Alcione</strong> como si hubiera sido propios. Buen número de estudiantes laboraban por<br />

entonces bajo la dirección de Mercurio y el auxilio de <strong>Alcione</strong>, que puso en aquella tarea el principal<br />

interés de los últimos años de su vida.<br />

Sirio murió el 3967; lloróle tristemente <strong>Alcione</strong>, hasta que un día se le apareció aquél para decirle<br />

que no cuadraba la tristeza a un estudiante de la Luz Oculta, y recordarle las enseñanzas de los Misterios<br />

sobre el destino humano. Tan a menudo como habían hablado acerca de la muerte, aquélla era la primera<br />

vez en que advertían cuán poca importancia tiene, y de qué modo muertos y vivos forman una sola<br />

comunidad.<br />

Esto sirvió de mucho consuelo a <strong>Alcione</strong>, que con frecuencia sentía junto a sí la presencia de Sirio,<br />

aunque sólo le pudo ver dos veces: una según se ha dicho, y la otra poco antes de morir, el año 3960, a los<br />

setenta y cinco de edad. Díjole Sirio en esta segunda aparición que había sacado el horóscopo de un<br />

lejano porvenir, según el cual, por haberse sacrificado en esta vida en aras del deber, volverían a<br />

encontrarse juntos, a los pies de Mercurio, de allí a unos seis mil años, para ya no separarse más. <strong>Alcione</strong><br />

murió tranquilamente dichosa.<br />

PERSONAJES DRAMÁTICOS<br />

PRIMERA GENERACIÓN<br />

Saturno Esposa: Venus. Hijos: Vajra, Vulcano, Lira. Hijas: Aldebarán, Beatriz, Heracles.<br />

Júpiter Hijas: Alcestes, Proción.<br />

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