HABLA EL ANTIGUO TESTAMENTO - OpenDrive
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Jonás tuvo un mensaje popular que predicar en Israel. En tiempos de opresión, la promesa<br />
de días prósperos fue muy bien acogida. Indudablemente, el cumplimiento de su predicción, en<br />
la extensión del territorio de Israel bajo Jeroboam, aumentó su popularidad en su hogar patrio.<br />
No hay indicación de que tuviese un mensaje de advertencia o de juicio para liberar a su propio<br />
pueblo (II Reyes 14:25).<br />
El sermón de Jonás a los ninivitas no fue otra cosa que adulación. El juicio y la<br />
condenación para esta ciudad extranjera está resumida en el tema: "De aquí a cuarenta días<br />
Nínive será destruida". Cuando finalmente él completó esta afirmación, registró sus experiencias<br />
en el libro que lleva su nombre. Obsérvese el siguiente breve análisis:<br />
I. El viaje de Jonás hacia el oeste en un itinerario de ida y<br />
vuelta. 1:1-2:10<br />
II. Una misión de predicación con éxito 3:1-10<br />
III. La lección para Jonás 4:1-11<br />
Jonás fue divinamente comisionado para ir a Nínive, una desagradable misión para un<br />
israelita. Durante los tiempos de Jehú, Israel había pagado tributo al rey asirio Salmanasar III. A<br />
Jonás le era conocido el sufrimiento a que Siria estaba sujeta repeliendo los ataques recientes de<br />
los asirios. ¿Por qué debería exponerse a tan peligrosa misión? Las atrocidades de los asirios, que<br />
más tarde aterrorizaron a las naciones en su misión a Tiglat-pileser III, pudieron ya haberse<br />
puesto en práctica en aquel tiempo. Desde el punto de vista humano, Asiria era el último lugar<br />
que un israelita hubiera podido elegir para una aventura misionera.<br />
Jonás comenzó su viaje en una dirección opuesta. En Jope, abordó un barco que se dirigía<br />
al Mediterráneo occidental, al puerto de Tarsis. En ruta hacia su destino, una tormenta de tal<br />
magnitud que llenó de alarma los corazones de la tripulación se desató, aunque el mal tiempo no<br />
era cosa desconocida para ellos. Mientras que Jonás estaba durmiendo, los marineros atacados<br />
por el pánico descargaron el barco y apelaron a sus dioses. Jonás fue invitado a levantarse y<br />
unirse a sus oraciones paganas. Los pasajeros restantes decidieron que Jonás era el responsable<br />
de su desgracia. Aunque temeroso de la ira divina, le arrojaron por la borda. Inmediatamente<br />
cesó la tormenta y prevaleció una gran calma en el mar. Por lo que concernía a los marineros, la<br />
cuestión estaba resuelta. No así para Jonás. Sus problemas no habían hecho más que comenzar.<br />
Había sido tragado por un gran pez. 543<br />
Para una defensa del libro de Jonás como registro histórico, ver A. Ch. Aalders, The problem of the Book<br />
of Jonah (Londres: Tyndale Press, 1948) y E. J. Young, An Introduction to the Old Testament- pp. 254-<br />
258. Para una representativa interpretación histórica, ver Frank E. Gaebelein, The Servant and the<br />
Dove(Nueva York: Our Hope Press, 1946), pp. - -143. Keil y Delitzsch, Commentary on the Minar<br />
Prophets, Vol. I., pp. 379-417. The Minar Prophets, Vol. I, (Nueva York: Funk and Wagnalls, 1885), pp.<br />
371-427.<br />
543 No tiene que tratarse necesariamente de una ballena, sino de un «gran pez». Jonás 1:17, Mat. 12:40.<br />
Para una moderna analogía con la experiencia de Jonás, nótese el relato de John Ambrose Wilson, en<br />
que una ballena cerca de las Islas Falkland, se tragó a_un miembro de la tripulación de un barco que fue<br />
rescatado tres días más tarde, revivida de su inconsciencia y que subsiguientemente vivió con una salud<br />
normal. Ver Princeton Theological Review, «The Sign of the Prophet Jonah», XXV (1927), 636. Para la<br />
posibilidad de que una ballena pudo haber engullido a un hombre, ver el artículo «Hovv to Test the Story<br />
of Jonah». por G. Macloskie en Bibliotheca Sacra, LXXII, 336 y ss.<br />
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