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Claudio Lara Cortés<br />
Como consecuencia, en 2012 volvieron a registrarse presiones que acentúan la apreciación de las<br />
principales monedas latinoamericanas, especialmente en Colombia, Chile y el Perú, haciendo menos<br />
competitivas sus exportaciones manufactureras y de servicios. En tanto, las burbujas inmobiliarias y<br />
de acciones se multiplican alrededor del continente y del mundo. En respuesta a las turbulencias que<br />
sufren los mercados de capitales y cambiarios, muchos bancos centrales de la región, por ejemplo, de<br />
Argentina, Bahamas, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay, intervinieran activamente en los mercados<br />
de divisas en 2012. Asimismo, algunos países siguieron implementando políticas macroeconómicas<br />
prudenciales, entre ellas, reformas de las reglamentaciones financieras, cambios en los requisitos<br />
de reservas e inyecciones de liquidez. De todas formas, debe indicarse que estas situaciones son de<br />
mayor complejidad, dados los impactos contradictorios que provocan 5 .<br />
Una de las limitantes de este tipo de análisis es su enfoque de ‘economía nacional’, donde la moneda<br />
nacional de la economía dominante (imperio estadounidense) cumple el rol de moneda mundial<br />
(dólar). Esto “le permitió a Estados Unidos ejercitar un privilegio exorbitante en el mercado financiero<br />
internacional”. Incluso se considera que “la dominancia del dólar, a pesar de la crisis, no tiene<br />
rivales”, por lo cual “es prematuro escribir el obituario para la hegemonía del dólar” (Vasudevan,<br />
2012). En un trabajo anterior, esta misma autora marxista discute “la manera asimétrica en que los<br />
países no pertenecientes al centro fueron incorporados al sistema monetario”, lo que permite “un<br />
desplazamiento de la espiral deflacionaria de la deuda desde los países capitalistas avanzados hacia<br />
los países de la periferia” (Vasudevan, 2008: 487). De este modo los países periféricos son ‘víctimas’<br />
de los impactos de tales ‘descargas’ de forma desproporcionada.<br />
En una mirada algo diferente, otros marxistas ubican las causas de la crisis de la moneda mundial en<br />
la acumulación desigual del capital a escala planetaria (Maria N. Ivanova, 2013: 68). Esta creciente<br />
desigualdad se manifiesta en los ‘desbalances globales’ debido a la aparición de nuevos centros de<br />
acumulación en las zonas periféricas, especialmente en Asia (China), que ha dado lugar a un significativo<br />
proceso de ‘reciclaje de dólares’ desde fines de la década de los noventa y a una consecuente<br />
hipertrofia monetaria-financiera. El proceso de reciclaje de dólares es una realidad, como de hecho<br />
lo son las reservas internacionales de los bancos centrales de los principales ‘países emergentes’, que<br />
acumulan más de 9 trillones de dólares a 2010 y que tienen como destino preferido la compra de<br />
títulos financieros estadounidenses.<br />
Como resultado fue configurándose una tendencia hacia un exceso de oferta de capital dinerario en<br />
los mercados financieros del mundo (lo que se conoció como un "exceso de ahorro global"), que ejerció<br />
una presión a la baja sobre las tasas de intereses. Como tal, se puede argumentar que no fueron las<br />
bajas tasas de interés determinadas por la Reserva Federal bajo Alan Greenspan las que provocaron<br />
5 Por ejemplo, por una parte, la inundación de dinero –dólares y ahora euros– en los mercados<br />
mundiales estaría llevando los precios de las materias primas a nuevas alzas, lo cual paradójicamente<br />
favorece a las economías exportadoras del continente. Puede decirse, entonces, que las<br />
políticas monetarias de los Bancos Centrales de los países desarrollados ayudan a fortalecer la<br />
estructura primaria de estos países. Por otra, el continúo declive del dólar, que significa al mismo<br />
tiempo un default de hecho sobre la deuda de los acreedores extranjeros, siendo el mayor en la<br />
historia. Medios estatales chinos han informado que, debido a la apreciación del yuan frente al<br />
dólar, el PBOC podría haber sufrido entre 2003 y 2011pérdidas contables por más de US$270.000<br />
millones por tener reservas denominadas en dólares.<br />
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