nwfgygj
nwfgygj
nwfgygj
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Julio C. Gambina | Germán Pinazo<br />
del capitalismo. Cada crisis mundial del capitalismo supuso un desafío de renovación del mismo, pero<br />
simultáneamente cada momento de crisis habilitó la oportunidad de las clases subalternas, de los trabajadores<br />
y de los pueblos para presentar un proyecto emancipador de carácter alternativo.<br />
Que en cada crisis mundial haya sido derrotado el proyecto de los trabajadores, el proyecto popular,<br />
no impide que nosotros hoy en la coyuntura de crisis mundial formulemos un planteo teórico, político<br />
y práctico de una perspectiva emancipadora, y ese es el debate que hay que hacer.<br />
II<br />
Tres décadas de neoliberalismo en América Latina han creado las condiciones, las necesidades<br />
y los sujetos sociales de un horizonte de conflictos sociales y políticos que<br />
podrían no agotarse solamente en la protesta y la oposición a la continuación del neoliberalismo<br />
(…) Frente a este panorama, América Latina está siendo empujada de nuevo,<br />
después de varias décadas, a un debate en el cual están planteadas no ya solamente los<br />
problemas inmediatos, graves, como son, de pobreza, desempleo, inestabilidad social y<br />
política, sino sus opciones históricas (énfasis propio). (Quijano, 2005: 164)<br />
La segunda cuestión que pretendemos suscitar es que hay dos tipos de respuesta (en general) en América<br />
Latina a la crisis, más allá de lo que digan los gobiernos, si el problema es de adentro, o de afuera.<br />
Por un lado, existe una respuesta que atrasa, en el sentido en que repite el discurso hegemónico de<br />
los 90, y tiene que ver con políticas más claramente de apertura, de inserción subordinada y de los<br />
tratados de libre comercio; lo que comúnmente se denomina como recetario “neoliberal”, aunque,<br />
según lo visto aquí, es necesario problematizar tal categoría.<br />
Bajo ese rótulo podemos ubicar las políticas en curso en Colombia, Chile, México, Perú e, inclusive,<br />
ahora –después del golpe institucional– a Paraguay. Al momento del golpe de Estado en Paraguay<br />
había una sola autorización de producción transgénica, y en la semana siguiente se habilitaron seis<br />
estatutos transgénicos más, ya no sólo a la soja, sino al maíz, al girasol y a otros productos. Es una<br />
cuestión asociada al proyecto estratégico de Monsanto, Syngenta, Dreyfus, de las trasnacionales de<br />
la alimentación o la biotecnología. Pretendemos destacar que el capital transnacional está detrás del<br />
golpe, del proyecto neoliberal de apertura, de privatización.<br />
La otra respuesta la identificamos también con una categoría difusa, el “neodesarrollismo”. Una característica<br />
central de esta concepción remite a la intervención del Estado, y aparece como un discurso<br />
“progresista” asociado a políticas de intervención o nacionalización de empresas privadas 6 ,<br />
6 Alguien nos podría decir, correctamente, que Bush estatizó la General Motors en plena crisis de<br />
2008. Justamente, de lo que se trata es de problematizar la idea de intervención. Era el momento<br />
en que Bush estaba totalmente desprestigiado, desacreditado, retirándose del gobierno de<br />
Estados Unidos. Pretendemos señalar que la intervención del Estado no es una novedad que promueven<br />
ahora los gobiernos progresistas de América Latina, sino, que se trata de una respuesta<br />
del capitalismo desarrollado a la crisis. Eso explica la cuantiosa inyección de dinero aplicada<br />
por los bancos centrales de los principales Estados capitalistas desarrollados, Estados Unidos,<br />
Europa, Japón. Se trata de una intervención muy fuerte del Estado para resolver los problemas<br />
de las empresas y bancos, para resolver los temas de los gerentes, para resolver la dinámica de<br />
funcionamiento del capitalismo neoliberal.<br />
97