Vázquez Núñez G., Manual de historia de la Orden de ... - OdeMIH

e— 186 —predicadores, que habían logrado bastante uniformidadmerced a los esfuerzos del cuarto G e-neral Humberto deRomans, pues según ésteafirma, hasta entonces reinaba también la mayorvariedad en la Orden dominicaha. En realidadlos mercedarios no llegamos a la uniformidadhasta la adopción del breviario romano en elsiglo XVI. Las actas de visita de los anterioresconsignan con frecuencia que los breviarios encontradosen nuestras casas no eran según 13Orden, y lo mismo los misales.La forma del oficio divino se parecía muchoa la del romano actual. Los maitines constan deinvitatorio y tres nocturnos con tres salmos Yotras tantas lecciones con sus responsorios. Lashoras menores eran también semejantes a lasactuales. Un defecto grave presentaba, sin embargo,el breviario antiguo y era el contenerpoca Escritura y Santos Padres, pues la mayorparte de las lecciones son históricas o de invenciónpropia, justificando el reproche del PadreZumel, de que contenían no pocas ineptas sentencias.La mayor parte de los oficios eran simplesde tres lecciones, debiendo entonces rezarse eloficio de difuntos, además del oficio parvo de laVirgen, que se decía diariamente. En éste,camente, se rezaba el Ave María, cuya segundaparte era así: Santa María, Virgen y Madre deDios, ruega por nosotros pecadores. Amén.Las constituciones autorizaban al superiorlocal para variar el calendario, sin duda para— 187 —dar lugar a los oficios de las diferentes diócesisY ciudades. Entre los adoptados por toda la°rden, y que ciertamente no figuraban en elIno delo, se cuenta el de la Inmaculada Concepción.Acerca de la frecuencia de sacramentos haytambién un precepto que no tiene similar en laOrden dominicana hasta el siglo XVI: «Todos los-fr ailes no presbíteros confiesen, una vez a lase mana, o a más tardar cada rasura y reciban elsacramento de la comunión cada mes». (La rasuraera de quince en quince días en verano ycada tres semanas en invierno).En cambio nada hay en nuestras constitucionesreferente a los estudios, y hasta fines deliglo XV no tuvimos legislación propia sobreesta materia, siendo de iniciativa particularcuanto bueno se hizo.Otra de las cosas que no había en las constitUcionesdominicanas era la jubilación de los frailesde muchos años de vida religiosa. Por ellaqu edaba el jubilario exento de todos los trabajos3' vejaciones de la religión, o sea de las obser-\'-ancias y ministerios más penosos. Supongo quetal co stumbre fué tomada de algunos monjes, yell la Merced era disculpable por la vida arrastradaque llevaban los frailes, corriendo sin desallsode pueblo en pueblo.M enos disculpable era la permisión de pecuaunquela Orden no fuera mendicante o de'4 37 estrecha pobreza. Al final de las Constittiioneshace la distribución de las joyas y