Vázquez Núñez G., Manual de historia de la Orden de ... - OdeMIH

— 30 —lante, los mercedarios obtuvieron de los benedicnos,en enfiteusis perpetua, el priorato de SanMartín, que fué por eso el titular de aquella importantecasa.Ya queda indicado cómo el nobilísimo caballeroRamón de Plegamans compró en 123'2 unterreno en la playa de Barcelona, y al día siguientelo trasmitió a San Pedro Nolasco, construyendoél mismo un hospital con su capilla, a laque dió por titular a Santa Eulalia. Este hospital,ampliado y renovado luego, vino a ser la casamatriz de la Orden, que durante dos siglos fuédesignada indiferentemente con el título de SantaEulalia o de Santa María de la Merced..Así se reunían en una sola casa la hospitalidady la redención de cautivos, como lo habíanhecho otras Ordenes militares y lo hicieron tambiénlos trinitarios. Los hospitales eran una grannecesidad en aquellos tiempos, y una gran partede los conventos de muchas Ordenes tenían adjuntoun albergue para los pobres caminantes yenfermos.Inútil advertir que esos hospitales no eranlos espléndidos palacios que para los dolienteslevantó después la caridad cristiana. Media docenade camas constituían generalmente suajuar, y alguna vez los frailes se negaban a recibirmás huéspedes, porque siendo ellos pocos,eran incapaces de impedir que los caminantes sellevasen las ropas al levantarse. En las listas denuestros conventos figuran muchos hospitales,tanto en Francia como en España.— 31 —Lo penoso de nuestro ministerio y, sobre todo,la obligación de «dar su vida por los cautivoscomo Cristo la dió por nosotros» (en frase de lasPrimitivas constituciones), eran causa más quesuficiente para que los mercedarios fueran pocos.Nunca olvidaré la terrible impresión que me hizola noticia del cuarto voto, que me hubiera alejadode la Merced si no me dijeran que no tendríaque practicarlo, por lo menos hasta ser un hombrehecho.Además, consta por innumerables documentos,que los mercedarios empeñaban y vendíansus propios bienes para la redención. Los conventosde las demás Ordenes eran también pequeñospor aquellos tiempos.Nuestro hábito fué desde el principio blanco,lo mismo que el de los cistercienses y agustinos,a cuya Orden fuimos agregados. Varias razonesmovieron a ello al santo Fundador y no sería laúltima su devoción a la pureza de la SantísimaVirgen.Parece que desde el principio llevaron sobreel pecho la cruz blanca de la catedral de Barcelona,según indica el Obispo D. Pedro en eldiploma de 1249 (1). Pero las barras de Aragónlao se concedieron hasta 1251. Todavía en Enerode 1250 el Rey otorga a Fray Guillermo de Bas'su protección y varios privilegios, pero inferioresa los que acompañan al escudo. Si la Orden(1) Ribera: Patronato, pág. 22.