Vázquez Núñez G., Manual de historia de la Orden de ... - OdeMIH

— 70 —Una mujer rescatada les advirtió el peligro quecorrían, pues los bárbaros trazaban asesinarlosa todos. Los cristianos emprendieron la retiradaEl V. P. Luis de la Peñaen sus lanchas en el preciso momento en que losindios arrojaban sobre ellos una nube de piedrasy saetas. Al P. Tovar le rompieron dos costillas,a pesar de haberse protegido con la coraza de— 71 —Recalde. El heroísmo de esta redención no desmerecede las realizadas en Africa (1).Poco después se trató de rescatar a otrosprisioneros de los araucanos, pero, aunque sereunieron limosnas, sólo se logró rescatar conellas a catorce cautivos, teniendo que ser redimidoslos demás a punta de lanza, pues los mensajerosenviados a los indios, no volvían (2).En Villarrica estuvo encerrado el P. Juan deLezcano veinticinco meses, hasta que reducidosa once los defensores fueron hechos prisioneros,y asesinados los demás, quedó solo el mercedariopara contar aquella heroica defensa, que Tirsocompara, no sin razón, a la de Numancia (3).También en la ciudad de Osorno se distinguióel P. Gonzalo Alvarado.En todas las informaciones se hace constarque los mercedarios sirvieron como capellanesal ejército en las más peligrosas acciones y permanecieronen las ciudades sitiadas sin estipendioalguno. Generalmente, no había tampocode donde pagárselo, aunque los Gobernadoresquisieran, pues las cajas reales estaban vacías.El Rmo. Zumel celebró su Capítulo intermedioen Valladolid en 1596, con mucha paz. Susactas andan impresas con las Constituciones editadaspor él, donde incluyó también el Capítulode 1593. Mándase que los Provinciales de Indias(1) Ibid., 398.(2) Ibid., 398.(3) Ibid., 406.