Vázquez Núñez G., Manual de historia de la Orden de ... - OdeMIH

— 72 —vilegio no tuviera valor alguno. La confirma,ción era además cosa obligada a la muerte delSoberano, y de ahí esa multitud de privilegiosidénticos despachados por los diferentes Reyes yPapas.Estos favorecieron también cada vez más alnuevo General, encantados de la importanciaque la Orden tomaba de día en día y de los serviciosque prestaría a la iglesia. Alejandro IV,por una Bula expedida en Nápoles el 9 de Abrilde 1255 y dirigida a toda la Iglesia, recuerda elprivilegio concedido a los frailes del Hospital deSanta Eulalia y de los Cautivos para que unavez al año fueran recibidos en todas las iglesiasa fin de re -coger limosnas.Ahora había llegado a oídos del Papa congrandísimo disgusto que algun,os clérigos, llevadosde la avaricia, celebraban juntas de sus Cofradíasen el mismo día y al llegar los mercedariostenían que retirarse confusos y con poco oningún fruto. Mándales, pues, que reciban a losfrailes con todo amor y deferencia y les permitanpredicar y exhortar al pueblo a dar limosna,dejando sus Cofradías para otro día del ario.Recuerda también el privilegio que tenían losmercedarios de que nadie pudiese excomulgarlos,ni poner entredicho en sus oratorias sinmandato de la Silla Apostólica, exención importantísimaentonces, por el abuso desmedido quese hacía de tales armas.Manda igualmente a los Prelados que prestenauxilio a los frailes contra cualquiera que ose— 73 —molestados, y que no pongan obstáculo alguno alos que quisieren entregarse a la Orden en salud9 enfermedad. Que no les exijan nada por darUna redención.—Relieve de Pedro de la Cuadraen 1599. Museo de Valladolid.sepultura a los frailes que mueran fuera del conventoen el desempeño de su ministerio. Que nono les cobren diezmos de los alimentos de suscabalgaduras. Que bendigan sus oratorios y cenienterios,para ellos solos y sus familiares. Que