Vázquez Núñez G., Manual de historia de la Orden de ... - OdeMIH

— 91 —nas le era inferior el P. Hernando de Ribera,Secretario general y luego Provincial de Andalucía.Serialóse el convento de Madrid por su campariaen favor de la oración mental y comuniónfrecuente y aun diaria. Escribió en favor de ellael P. Machado, cuyos argumentos desarrolló elP. Falconi (1).El P. Santiago tuvo grandes disgustos con elGeneral, que llegó a quitarle el hábito, pero elfamoso orador hizo valer su justicia ante el Nuncio,y al poco tiempo ocupaba de nuevo importantescargos. El Rmo. Monroy era duro en castigara los que no cumplían fielmente sus órdenesy parece que el Maestro Santiago no puso lamayor diligencia en los asuntos a que le habíaenviado a Roma. Sin embargo, sacó la confirmaciónde los descalzos y de todos nuestros privilegios.En Salamanca obtuvo una cátedra de Artesen 1604 el P. Juan García, que en 1608 ganó lade propiedad de Súmulas. En este ario entró enel profesorado el P. Pedro Merino, y adelanteocupó la cátedra de Filosofía Moral, que habíatenido Zumel y vivió con gran prestigio hasta1649.En la Universidad de Alcalá quisieron losenvidiosos privar a la Merced del lugar preeminenteque daba a sus rectores el cargo de juezEl M. Fr. Pedro Machado, por Zurbarán(1) Ferreres, Juan B.: «La Comunión frecuente y diaria»,pág. 63.