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doctrina40689

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EL CONTROL DE LAS CLASES PEUGROSAS 67A todo esto se suma lo que está ocurriendo en Europa del Este. Másallá de todos los defectos de los antiguos regímenes, tuvieron unaspecto positivo que fue no aceptar el desempleo. Bajo el régimenanterior, el estado tenía como principal responsabilidad garantizarque todos aquellos aptos para trabajar tuvieran un trabajo remunerado.Probablemente no se trate de una idea muy productiva; todosconocemos las an&dotas sobre las fábricas y las oficinas excedidas depersonal. Pero así se le ponía trabas al desempleo. Se garantizaba elderecho a compartir uno de los iiistrumentos más importantes de ladignidad humana. Un método antieconómico, derrochador, abierto alfraude y a la corrupción... pero era una garantía; todos podían participaren el proceso del trabajo.Tras la caída de ese sistema, Europa del Este está empezando a padecerlos problemas del Oeste. Al mismo tiempo, cada vez es mayor lahegemonía de las formas más extremas de los sistemas basados encreencias occidentales sobre las ventajas de la libre competencia y lasfuerzas del mercado. Parece que no hay alternativas. En el Este secompartía trabajo y eso no funcionó: el trabajo compartido podría serpeligroso. Eiitonces nos queda el excedente de población, los queestán fuera de la producción. Y nos queda el problema clásico: ¿cómocontrolar a las clases peligrosas? ¿Cómo controlar a los que no estáncontrolados por sus compañeros de trabajo y a los que tal vez lesparezca iiijusto quedarse fuera de algo tan significativo y dignificantecomo el proceso de producción? ¿Cómo controlar a aquellos que, ademásde todo eso, se ven obhgados a vivir en condiciones materialesconsiderablemente üiferiores a las de quienes trabajan?5.2 Accionistas de la nadaEn los días en que se suponía que el ojo de Dios lo veía todo, dentrodel sistema también había recompensas para el buen comportamiento.La vida no terminaba con la muerte, a continuación podían venirrecompensas o castigos. Inclusive quizás se tenía en cuenta el estilo devida. El evangelio de San Mateo, Capítulo 5, versículo 3, dice losiguiente:Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los délos.En algunas traducciones se lo afirma de manera más directa:Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos.

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