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manual para el alumno

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288robó, debe devolver al justo dueño aqu<strong>el</strong>lo que fuehurtado. Tal vez una de las razones por las que <strong>el</strong>asesinato es imperdonable sea que, habiendo tomadouna vida, <strong>el</strong> asesino no puede restaurarla. La restituciónplena no es posible. También, habiendo despojadoa alguien de su virtud, es imposible devolvérs<strong>el</strong>a."Sin embargo, <strong>el</strong> alma verdaderamente penitenteusualmente encontrará alguna forma de hacer restauraciónen cierta medida. El verdadero espíritu d<strong>el</strong>arrepentimiento así lo demanda. Ezequi<strong>el</strong> enseñó:[Ezequi<strong>el</strong> 33:15] ..."El pecador suplicante también debe perdonar a todoslos demás las ofensas cometidas en su contra. ElSeñor no está obligado a perdonar a menos que nuestrocorazón esté plenamente limpio de todo odio,amargura y acusaciones contra los demás." (Be YeC/ean, Brigham Young University Speeches of theYear, 4 de mayo de 1954, pág. 11.)(27-15) Ezequi<strong>el</strong> 33:21-33. Ezequi<strong>el</strong> se enteró de ladestrucción de Jerusalén"Las noticias no tomaron de sorpresa a Ezequi<strong>el</strong>.Para cuando llegó <strong>el</strong> mensajero, Dios ya le había devu<strong>el</strong>to<strong>el</strong> habla, tal como le había prometido (Ezequi<strong>el</strong>24:27). Los que quedaron en Judá, lejos de arrepentirse,se ocuparon de apoderarse de las propiedades deotras personas. Y en Babilonia, los exiliados que parecíanprestar atención a las palabras de Ezequi<strong>el</strong>, simplementevenían <strong>para</strong> divertirse, pues ni creían en<strong>el</strong>las ni actuaban de conformidad con <strong>el</strong>las: ¡Un estadode cosas deprimentes después de todo lo que habíasucedido!" (Alexander y Alexander, Eerdmans'Handbook, pág. 426.)Es lamentable que los judíos que estaban en Babiloniaen aqu<strong>el</strong> momento no apreciaran que "hubo profetaentre <strong>el</strong>los" (Ezequi<strong>el</strong> 33:33).(27-16) Ezequi<strong>el</strong> 34:1-10. "¿No apacientan lospastores a los rebaños?"En un tono muy semejante al de Jeremías (véase Jeremías23:1-8), Ezequi<strong>el</strong> condenó a los pastores d<strong>el</strong>rebaño espiritual d<strong>el</strong> Señor, líderes r<strong>el</strong>igiosos de aqu<strong>el</strong>laépoca.En contraste con <strong>el</strong> cuidado que <strong>el</strong> Señor tiene <strong>para</strong>con su rebaño, los pastores de Isra<strong>el</strong> se alimentaban así mismos pero no a las ovejas. Los pastores negligentesno fortalecían a los enfermos, ni atendían a losque estaban imposibilitados, ni buscaban a los que sedescarriaban o se perdían -todo lo que un verdaderopastor haría por sus ovejas. En cambio, dirigían a lasovejas con energía y cru<strong>el</strong>dad y las dejaban irse errantes<strong>para</strong> ser presa de las bestias.El presidente Spencer W. Kimball, en una sesiónd<strong>el</strong> sacerdocio durante una conferencia general, impusosobre los pastores actuales d<strong>el</strong> reino, o sea, los líderesd<strong>el</strong> sacerdocio, la responsabilidad de interesarsepor <strong>el</strong> bienestar d<strong>el</strong> rebaño:"Conforme leemos y estudiamos las Escrituras, nosdamos cuenta de que <strong>el</strong> Salvador siempre se ha preocupadod<strong>el</strong> bienestar de los miembros de su rebaño,tanto individual como colectivamente. Es acerca deeste principio de v<strong>el</strong>ar por las necesidades de losmiembros de la Iglesia en estos días tan problemáticos,y auxiliarlos, mis hermanos, que deseo hablarosesta noche."Obispos y presidentes de ramas, estad alertas a lasnecesidades de los preciosos individuos y familias queforman vuestra congregación en los barrios y ramas.Vosotros sois los pastores que habéis de alimentar alrebaño. Hasta donde os sea posible, permitid quevuestros consejeros y otros oficiales que sirven y trabajanbajo vuestra dirección dirijan vuestros programas.Si tenéis este propósito en mente, a menudo podréisdaros cuenta con anticipación de los problemasde algunos de nuestros miembros que están pasandopor serias dificultades, mientras dichos problemas ydificultades sean todavía pequeños y se puedan controlar.Sed conscientes de los pequeños problemas ytirantez de r<strong>el</strong>aciones que podáis observar en las familias,a fin de que podáis brindar la debida atención,consejo y amor cuando más se necesiten. Una horacon un joven o señorita que tiene problemas ahorapuede ser la salvación <strong>para</strong> él o <strong>el</strong>la, y eso es preferiblea los cientos de horas que se puedan pasar luegoen su vida, tratando de volverlos al buen camino."Como lo hemos dicho muchas veces, d<strong>el</strong>egadaqu<strong>el</strong>las tareas que otros pueden desempeñar, a finde que estéis libres <strong>para</strong> efectuar aqu<strong>el</strong>las cosas quesólo vosotros podéis hacer. Los maestros orientadoresdeben ayudar a v<strong>el</strong>ar por <strong>el</strong> rebaño. Aunque <strong>el</strong>los nopueden aconsejar como los obispos y los presidenteslo hacen, pueden brindar la tan necesitada, preventivay apropiada ayuda, bajo la dirección de los líderesde quórum y los obispados."Presidentes de estaca, obispos y presidentes de rama,os ruego que tengáis un interés especial en mejorarla calidad de la enseñanza en la Iglesia. El Salvadornos ha dicho que debemos apacentar su rebaño.(Véase Juan 21:15-17.) Temo que muy a menudo, muchosde nuestros miembros van a la Iglesia, se sientandurante toda una clase o reunión y regresan a sus hogaressin haber recibido la instrucción necesaria. Esmuy triste cuando esto pasa en un tiempo cuando susvidas pueden estar en un período de angustia, tentacióno crisis. Todos necesitamos ser tocados y nutridospor <strong>el</strong> Espíritu, y la enseñanza eficaz es una d<strong>el</strong>as maneras más importantes en que lo podemos lograr.A menudo nos esforzamos en gran manera portraer miembros a la Iglesia, y sin embargo, no v<strong>el</strong>amosdebidamente <strong>para</strong> ver qué es lo que recibencuando vienen." (Liahona, febrero de 1981, págs.89-90.)(27-17) Ezequi<strong>el</strong> 34:23-31. ¿Quién es David <strong>el</strong>príncipe?Véase Comentarios sobre Isaías 11:1.(27-18) Ezequi<strong>el</strong> 35. Edom será destruida¿Por qué <strong>el</strong> Señor trata tan duramente al pueblo deEdom, los descendientes de Esaú y así también deAbraham e Isaac? La respuesta se hace patente cuandose analiza <strong>el</strong> capítulo 35. El pueblo de Edom odiabaa los hijos de Isra<strong>el</strong> y causó mucho derramamientode sangre (véase versículo 5), intentó apoderarse desus tierras (véase versículos lO, 12), habló contra <strong>el</strong>Señor (véase versículo 13) y se regocijó de la desolaciónde Isra<strong>el</strong> (véase versículo 15).Edom, como nación, fue destruida, dando así másevidencia de que <strong>el</strong> Señor cumple sus promesas. Aunqu<strong>el</strong>a nación ya no existe, Edom, o Idumea (véase <strong>el</strong>versículo 15), ha venido a ser símbolo d<strong>el</strong> mundo inicuoque existe hoy día (véase D. y C. 1:36; tambiénJeremías 49:7-22; Abdías 1; y Comentarios sobre Jeremías49; Abdías 1).

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