05.09.2016 Views

El Conflicto de los Siglos por Elena G de White [Edicion Completa]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

Roma, y restañemos las heridas <strong>de</strong> Alemania. Con argumentos como éstos hubieran podido <strong>los</strong><br />

reformadores cohonestar su sumisión y entrar en el sen<strong>de</strong>ro que infaliblemente y en tiempo no lejano,<br />

hubiera dado al traste con la Reforma.<br />

Afortunadamente, consi<strong>de</strong>raron el principio sobre el cual estaba basado el acuerdo, y obraron <strong>por</strong><br />

fe. ¿ Cuál era ese principio? Era el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> Roma <strong>de</strong> coartar la libertad <strong>de</strong> conciencia y prohibir la<br />

libre investigación. Pero ¿no había quedado estipulado que el<strong>los</strong> y sus súbditos protestantes gozarían<br />

libertad religiosa? —Sí, pero como un favor, consignado en el acuerdo, y no como un <strong>de</strong>recho. En cuanto<br />

a aquel<strong>los</strong> a quienes no alcanzaba la disposición, <strong>los</strong> había <strong>de</strong> regir el gran principio <strong>de</strong> autoridad; la<br />

conciencia no contaba para nada; Roma era el juez infalible a quien habría que obe<strong>de</strong>cer. Aceptar<br />

semejante convenio hubiera equivalido a admitir que la libertad religiosa <strong>de</strong>bía limitarse a la Sajonia<br />

reformada; y en el resto <strong>de</strong> la cristiandad la libre investigación y la profesión <strong>de</strong> fe reformada serían<br />

entonces crímenes dignos <strong>de</strong>l calabozo o <strong>de</strong>l patíbulo.<br />

¿Se resignarían el<strong>los</strong> a ver así localizada la libertad religiosa? ¿Declararían con esto que la<br />

Reforma había hecho ya su último convertido y conquistado su última pulgada <strong>de</strong> terreno? ¿Y que en<br />

las regiones don<strong>de</strong> Roma dominaba, su dominio se perpetuaría? ¿Podrían <strong>los</strong> reformadores <strong>de</strong>clararse<br />

inocentes <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong> <strong>los</strong> centenares y miles <strong>de</strong> luchadores que, perseguidos <strong>por</strong> semejante edicto,<br />

tendrían que sucumbir en <strong>los</strong> países dominados <strong>por</strong> el papa? Esto hubiera sido traicionar en aquella hora<br />

suprema la causa <strong>de</strong>l Evangelio y las liberta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la cristiandad. —Wylie, lib. 9, cap. 15. Más bien "lo<br />

sacrificarían el<strong>los</strong> todo, hasta sus posesiones, sus títu<strong>los</strong> y sus propias vidas." —D'Aubigné, lib. 13, cap.<br />

5. "Rechacemos este <strong>de</strong>creto —dijeron <strong>los</strong> príncipes.— En asuntos <strong>de</strong> conciencia la mayoría no tiene<br />

po<strong>de</strong>r." Declararon <strong>los</strong> diputados: "Es al <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> 1526 al que <strong>de</strong>bemos la paz <strong>de</strong> que disfruta el imperio:<br />

su abolición llenaría a Alemania <strong>de</strong> disturbios y facciones. Es incompetente la dieta para hacer más que<br />

conservar la libertad religiosa hasta tanto que se reúna un concilio general." —Ibid. Proteger la libertad<br />

<strong>de</strong> conciencia es un <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l estado, y es el límite <strong>de</strong> su autoridad en materia <strong>de</strong> religión. Todo gobierno<br />

secular que intenta regir las observancias religiosas o imponerlas <strong>por</strong> medio <strong>de</strong> la autoridad civil,<br />

sacrifica precisamente el principio <strong>por</strong> el cual lucharon tan noblemente <strong>los</strong> cristianos evangélicos.<br />

Los papistas resolvieron concluir con lo que llamaban una "atrevida obstinación." Para principiar,<br />

procuraron sembrar disensiones entre <strong>los</strong> que sostenían la causa <strong>de</strong> la Reforma e intimidar a quienes<br />

todavía no se habían <strong>de</strong>clarado abiertamente <strong>por</strong> ella. Los representantes <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s libres fueron<br />

citados a comparecer ante la dieta y se les exigió que <strong>de</strong>clarasen si acce<strong>de</strong>rían a las condiciones <strong>de</strong>l<br />

edicto. Pidieron el<strong>los</strong> que se les diera tiempo para contestar, lo que no les fue concedido. Al llegar el<br />

momento en que cada cual <strong>de</strong>bía dar su opinión personal, casi la mitad <strong>de</strong> <strong>los</strong> circunstantes se <strong>de</strong>clararon<br />

<strong>por</strong> <strong>los</strong> reformadores. Los que así se negaron a sacrificar la libertad <strong>de</strong> conciencia y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> seguir<br />

126

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!