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El Conflicto de los Siglos por Elena G de White [Edicion Completa]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

concedidas al más sabio <strong>de</strong> <strong>los</strong> reyes, sólo le convirtieron en agente tanto más eficaz <strong>de</strong>l adversario <strong>de</strong><br />

las almas.<br />

Mientras que Satanás trata continuamente <strong>de</strong> cegar sus mentes para que no lo conozcan, <strong>los</strong><br />

cristianos no <strong>de</strong>ben olvidar nunca que no tienen que luchar, "contra sangre y carne; sino contra<br />

principados, contra potesta<strong>de</strong>s, contra señores <strong>de</strong>l mundo, gobernadores <strong>de</strong> estas tinieblas, contra<br />

malicias espirituales en <strong>los</strong> aires." (Efesios 6: 12.) Esta inspirada advertencia resuena a través <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

sig<strong>los</strong> hasta nuestros tiempos: "Sed templados, y velad; <strong>por</strong>que vuestro adversario el diablo, cual león<br />

rugiente, anda alre<strong>de</strong>dor buscando a quien <strong>de</strong>vore." "Vestíos <strong>de</strong> toda la armadura <strong>de</strong> Dios, para que<br />

podáis estar firmes contra las asechanzas <strong>de</strong>l diablo." (1 Pedro 5: 8; Efesios 6: 11.) Des<strong>de</strong> <strong>los</strong> días <strong>de</strong><br />

Adán hasta <strong>los</strong> nuestros, el gran enemigo ha ejercitado su po<strong>de</strong>r para oprimir y <strong>de</strong>struir. Se está<br />

preparando actualmente para su última campaña contra la iglesia. Todos <strong>los</strong> que se esfuerzan en seguir<br />

a Jesús tendrán que entrar en lucha con este enemigo implacable. Cuanto más fielmente imite el cristiano<br />

al divino Mo<strong>de</strong>lo, tanto más seguramente será blanco <strong>de</strong> <strong>los</strong> ataques <strong>de</strong> Satanás. Todos <strong>los</strong> que están<br />

activamente empezados en la obra <strong>de</strong> Dios, tratando <strong>de</strong> <strong>de</strong>senmascarar <strong>los</strong> engaños <strong>de</strong>l enemigo y <strong>de</strong><br />

presentar a Cristo ante el mundo, podrán unir su testimonio al que da San Pablo cuando habla <strong>de</strong> servir<br />

al Señor con toda humildad y con lágrimas y tentaciones.<br />

Satanás asaltó a Cristo con sus tentaciones más violentas y sutiles; pero siempre fue rechazado.<br />

Esas batallas fueron libradas en nuestro favor; esas victorias nos dan la posibilidad <strong>de</strong> vencer. Cristo<br />

dará fuerza a todos <strong>los</strong> que se la pidan. Nadie, sin su propio consentimiento, pue<strong>de</strong> ser vencido <strong>por</strong><br />

Satanás. <strong>El</strong> tentador no tiene el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> gobernar la voluntad o <strong>de</strong> obligar al alma a pecar. Pue<strong>de</strong><br />

angustiar, pero no contaminar. Pue<strong>de</strong> causar agonía pero no, corrupción. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> que Cristo venció<br />

<strong>de</strong>bería inspirar valor a sus discípu<strong>los</strong> para sostener <strong>de</strong>nodadamente la lucha contra el pecado y Satanás.<br />

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