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El Conflicto de los Siglos por Elena G de White [Edicion Completa]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

sus aplausos. Conténtate más bien con el honor que viene <strong>de</strong> Dios." —Wesley, Works, sermón 50, sobre<br />

el uso <strong>de</strong> dinero. Pero muchas iglesias actuales <strong>de</strong>sprecian estas enseñanzas.<br />

Está <strong>de</strong> moda en el mundo hacer profesión <strong>de</strong> religión. Gobernantes, políticos, abogados, médicos<br />

y comerciantes se unen a la iglesia para asegurarse el respeto y la confianza <strong>de</strong> la sociedad, y así<br />

promover sus intereses mundanos. Tratan <strong>de</strong> cubrir todos sus proce<strong>de</strong>res injustos con el manto <strong>de</strong> la<br />

religiosidad. Las diversas comunida<strong>de</strong>s religiosas robustecidas con las riquezas y con la influencia <strong>de</strong><br />

esos mundanos bautizados pujan a cual más <strong>por</strong> mayor popularidad y patrocinio. Iglesias magníficas,<br />

embellecidas con el más extravagante <strong>de</strong>spilfarro, se yerguen en las avenidas más ricas y más pobladas.<br />

Los fieles visten con lujo y a la moda. Se pagan gran<strong>de</strong>s sueldos a ministros elocuentes para que<br />

entretengan y atraigan a la gente. Sus sermones no <strong>de</strong>ben aludir a <strong>los</strong> pecados populares, sino que <strong>de</strong>ben<br />

ser suaves y agradables como para <strong>los</strong> oídos <strong>de</strong> un auditorio elegante.<br />

Así <strong>los</strong> pecadores <strong>de</strong>l mundo son recibidos en la iglesia, y <strong>los</strong> pecados <strong>de</strong> moda se cubren con un<br />

manto <strong>de</strong> piedad. Hablando <strong>de</strong> la actitud actual <strong>de</strong> <strong>los</strong> profesos cristianos para con el mundo, un notable<br />

periódico profano dice: "Insensiblemente la iglesia ha seguido el espíritu <strong>de</strong>l siglo, y ha adaptado sus<br />

formas <strong>de</strong> culto a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la actualidad." "En verdad, todo cuanto contribuye a hacer atractiva<br />

la religión, la iglesia lo emplea ahora y se vale <strong>de</strong> ello." Y un escritor apunta, en el In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nt <strong>de</strong> Nueva<br />

York, lo siguiente acerca <strong>de</strong>l metodismo actual: "La línea <strong>de</strong> separación entre <strong>los</strong> piadosos y <strong>los</strong><br />

irreligiosos <strong>de</strong>saparece en una especie <strong>de</strong> penumbra, y en ambos lados se está trabajando con empeño<br />

para hacer <strong>de</strong>saparecer toda diferencia entre su modo <strong>de</strong> ser y sus placeres." "La popularidad <strong>de</strong> la<br />

religión tien<strong>de</strong> en gran manera a aumentar el número <strong>de</strong> <strong>los</strong> que quisieran asegurarse sus beneficios sin<br />

cumplir honradamente con <strong>los</strong> <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> ella."<br />

Howard Crosby dice: Motivo <strong>de</strong> hondo pesar es el hecho <strong>de</strong> que la iglesia <strong>de</strong> Cristo esté<br />

cumpliendo tan mal <strong>los</strong> <strong>de</strong>signios <strong>de</strong>l Señor. Así como <strong>los</strong> antiguos judíos <strong>de</strong>jaron que el trato familiar<br />

con las naciones idólatras alejara sus corazones <strong>de</strong> Dios, . . . así también ahora la iglesia <strong>de</strong> Jesús, merced<br />

al falso consorcio con el mundo incrédulo, está abandonando <strong>los</strong> métodos divinos <strong>de</strong> su verda<strong>de</strong>ra vida<br />

y doblegándose a las costumbres perniciosas, si bien a menudo plausibles, <strong>de</strong> una sociedad anticristiana,<br />

valiéndose <strong>de</strong> argumentos y llegando a conclusiones ajenas a la revelación <strong>de</strong> Dios y directamente<br />

opuestas a todo crecimiento en la gracia. —The Healthy Christian: An Appeal to the Church, págs. 141,<br />

142. En esta marea <strong>de</strong> mundanalidad y <strong>de</strong> afán <strong>por</strong> <strong>los</strong> placeres, el espíritu <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprendimiento y <strong>de</strong><br />

sacrificio personal <strong>por</strong> el amor <strong>de</strong> Cristo ha <strong>de</strong>saparecido casi completamente. "Algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres<br />

y mujeres que actúan hoy en esas iglesias aprendieron, cuando niños, a hacer sacrificios para po<strong>de</strong>r dar<br />

o hacer algo <strong>por</strong> Cristo." Pero "ahora si se necesitan fondos, . . . no hay que pedirle nada a nadie. ¡Oh<br />

no! Organícese un bazar, prepárese una representación <strong>de</strong> figuras vivas, una escena Jocosa, una comida<br />

al estilo antiguo o a la mo<strong>de</strong>rna, cualquier cosa para divertir a la gente."<br />

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