05.09.2016 Views

El Conflicto de los Siglos por Elena G de White [Edicion Completa]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

a mí lo hicisteis." (S. Mateo 25: 40 V.M.) Todos <strong>los</strong> impíos <strong>de</strong>l mundo están <strong>de</strong> pie ante el tribunal <strong>de</strong><br />

Dios, acusados <strong>de</strong> alta traición contra el gobierno <strong>de</strong>l cielo. No hay quien sostenga ni <strong>de</strong>fienda la causa<br />

<strong>de</strong> el<strong>los</strong>; no tienen disculpa; y se pronuncia contra el<strong>los</strong> la sentencia <strong>de</strong> la muerte eterna.<br />

Es entonces evi<strong>de</strong>nte para todos que el salario <strong>de</strong>l pecado no es la noble in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la vida<br />

eterna, sino la esclavitud, la ruina y la muerte. Los impíos ven lo que perdieron con su vida <strong>de</strong> rebeldía.<br />

Despreciaron el maravil<strong>los</strong>o don <strong>de</strong> eterna gloria cuando les fue ofrecido; pero ¡cuán <strong>de</strong>seable no les<br />

parece ahora! "Todo eso —exclama el alma perdida— yo habría podido poseerlo; pero preferí rechazarlo.<br />

¡Oh sorpren<strong>de</strong>nte infatuación! He cambiado la paz, la dicha y el honor <strong>por</strong> la miseria, la infamia y la<br />

<strong>de</strong>sesperación. Todos ven que su exclusión <strong>de</strong>l cielo es justa. Por sus vidas, <strong>de</strong>clararon: "No queremos<br />

que este Jesús reine sobre nosotros." Como fuera <strong>de</strong> sí, <strong>los</strong> impíos han contemplado la coronación <strong>de</strong>l<br />

Hijo <strong>de</strong> Dios. Ven en las manos <strong>de</strong> él las tablas <strong>de</strong> la ley divina, <strong>los</strong> estatutos que el<strong>los</strong> <strong>de</strong>spreciaron y<br />

transgredieron. Son testigos <strong>de</strong> la exp<strong>los</strong>ión <strong>de</strong> admiración, arrobamiento y adoración <strong>de</strong> <strong>los</strong> redimidos;<br />

y cuando las ondas <strong>de</strong> melodía inundan a las multitu<strong>de</strong>s fuera <strong>de</strong> la ciudad, todos exclaman a una voz:<br />

"¡Gran<strong>de</strong>s y maravil<strong>los</strong>as son tus obras, oh Señor Dios Todopo<strong>de</strong>roso; justos y verda<strong>de</strong>ros son tus<br />

caminos, oh Rey <strong>de</strong> <strong>los</strong> sig<strong>los</strong>!" (Apocalipsis 15: 3, V.M.) Y cayendo prosternados, adoran al Príncipe<br />

<strong>de</strong> la vida. Satanás parece paralizado al contemplar la gloria y majestad <strong>de</strong> Cristo. <strong>El</strong> que en otro tiempo<br />

fuera uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> querubines cubridores recuerda <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> cayó. <strong>El</strong>, que fuera serafín resplan<strong>de</strong>ciente,<br />

"hijo <strong>de</strong> la aurora, ¡cuán cambiado se ve, y cuán <strong>de</strong>gradado! Está excluído para siempre <strong>de</strong>l consejo en<br />

que antes se le honraba. Ve ahora a otro que, junto al Padre, vela su gloria. Ha visto la corona colocada<br />

sobre la cabeza <strong>de</strong> Cristo <strong>por</strong> un ángel <strong>de</strong> elevada estatura y majestuoso continente, y sabe que la posición<br />

exaltada que ocupa este ángel habría podido ser la suya.<br />

Recuerda la mansión <strong>de</strong> su inocencia y pureza, la paz y el contentamiento <strong>de</strong> que gozaba hasta<br />

que se entregó a murmurar contra Dios y a envidiar a Cristo. Sus acusaciones, su rebelión, sus engaños<br />

para captarse la simpatía y la ayuda <strong>de</strong> <strong>los</strong> ángeles, su <strong>por</strong>fía en no hacer esfuerzo alguno para reponerse<br />

cuando Dios le hubiera perdonado— todo eso se le presenta a lo vivo. Echa una mirada retrospectiva<br />

sobre la obra que realizó entre <strong>los</strong> hombres y sobre sus resultados: la enemistad <strong>de</strong>l hombre para con sus<br />

semejantes, la terrible <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> vidas, el ascenso y la caída <strong>de</strong> <strong>los</strong> reinos, el <strong>de</strong>rrocamiento <strong>de</strong><br />

tronos, la larga serie <strong>de</strong> tumultos, conflictos y revoluciones. Recuerda <strong>los</strong> esfuerzos constantes que hizo<br />

para oponerse a la obra <strong>de</strong> Cristo y para hundir a <strong>los</strong> hombres en <strong>de</strong>gradación siempre mayor. Ve que<br />

sus conspiraciones infernales no pudieron acabar con <strong>los</strong> que pusieron su confianza en Jesús. Al<br />

consi<strong>de</strong>rar Satanás su reino y <strong>los</strong> frutos <strong>de</strong> sus esfuerzos, sólo ve fracaso y ruina. Ha inducido a las<br />

multitu<strong>de</strong>s a creer que la ciudad <strong>de</strong> Dios sería fácil presa; pero ahora ve que eso es falso. Una y otra vez,<br />

en el curso <strong>de</strong> la gran controversia, ha sido <strong>de</strong>rrotado y obligado a rendirse. De sobra conoce el po<strong>de</strong>r y<br />

la majestad <strong>de</strong>l Eterno.<br />

453

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!