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El Conflicto de los Siglos por Elena G de White [Edicion Completa]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

como se necesitara en la iglesia romana en tiempo <strong>de</strong> Lutero. Se notaba el mismo estu<strong>por</strong> espiritual y la<br />

misma mundanalidad, la misma reverencia hacia las opiniones <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres, y la substitución <strong>de</strong><br />

teorías humanas en lugar <strong>de</strong> las enseñanzas <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios. La vasta circulación que alcanzó la<br />

Biblia en <strong>los</strong> comienzos <strong>de</strong>l siglo XIX, y la abundante luz que <strong>de</strong> esa manera se esparció <strong>por</strong> todo el<br />

mundo, no fue seguida <strong>por</strong> el a<strong>de</strong>lanto correspondiente en el conocimiento <strong>de</strong> la verdad revelada, ni en<br />

la religión experimental. Satanás no pudo, como en las eda<strong>de</strong>s pasadas, quitarle al pueblo la Palabra <strong>de</strong><br />

Dios, que había sido puesta al alcance <strong>de</strong> todos; pero para po<strong>de</strong>r alcanzar su objeto indujo a muchos a<br />

tenerla en poca estima. Los hombres <strong>de</strong>scuidaron el estudio <strong>de</strong> las Sagradas Escrituras y siguieron<br />

aceptando interpretaciones torcidas y falsas y conservando doctrinas que no tenían fundamento alguno<br />

en la Biblia.<br />

Viendo el fracaso <strong>de</strong> sus esfuerzos para <strong>de</strong>struir la verdad <strong>por</strong> medio <strong>de</strong> la persecución, Satanás<br />

había recurrido <strong>de</strong> nuevo al plan <strong>de</strong> transigencias que condujo a la apostasía y a la formación <strong>de</strong> la iglesia<br />

<strong>de</strong> Roma. Había inducido a <strong>los</strong> cristianos a que se aliasen, no con <strong>los</strong> paganos, sino con aquel<strong>los</strong> que <strong>por</strong><br />

su <strong>de</strong>voción a las cosas <strong>de</strong> este mundo <strong>de</strong>mostraban ser tan idólatras como <strong>los</strong> mismos adoradores <strong>de</strong><br />

imágenes. Y <strong>los</strong> resultados <strong>de</strong> esta unión no fueron menos perniciosos entonces que en épocas anteriores;<br />

el orgullo y el <strong>de</strong>spilfarro fueron fomentados bajo el disfraz <strong>de</strong> la religión, y se corrompieron las iglesias.<br />

Satanás siguió pervirtiendo las doctrinas <strong>de</strong> la Biblia, y empezaron a echar profundas raíces las<br />

tradiciones que iban a per<strong>de</strong>r a millones <strong>de</strong> almas. La iglesia amparaba y <strong>de</strong>fendía estas tradiciones, en<br />

lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r "la fe que una vez fue entregada a <strong>los</strong> santos." Así se <strong>de</strong>gradaron <strong>los</strong> principios que<br />

<strong>los</strong> reformadores sustentaron y <strong>por</strong> <strong>los</strong> cuales sufrieran tanto.<br />

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