Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—A dos millas de Loo —prosiguió Infadús— levántase una colina, cuya<br />
base tiene la misma forma de la luna nueva, posición inexpugnable que ocupa<br />
mi regimiento y otros tres obedientes a la voz de estos jefes. Hoy, en la<br />
mañana, nos pondremos de acuerdo para que dos o tres regimientos más<br />
vayan a concentrarse en el mismo sitio. Así dispuesto, si mis señores pueden<br />
en realidad apagar la luna, durante la obscuridad vendré a buscarlos, los<br />
conduciré fuera de Loo, al indicado punto, en donde estarán a salvo, y<br />
emprenderemos la guerra contra el <strong>rey</strong> Twala.<br />
—Perfectamente —le contesté. Ahora déjanos, queremos dormir un rato y<br />
preparar nuestra magia.<br />
Infadús nos hizo una profunda reverencia y seguido de los demás jefes,<br />
salió de nuestra choza.<br />
—Amigos míos —dijo Ignosi, tan pronto como quedamos solos— ¿podéis<br />
hacer realmente cosa tan maravillosa o habéis dicho vanas palabras a los<br />
jefes?<br />
—Creemos que podemos hacerlo, Umbopa, Ignosi, quiero decir.<br />
—Me asombráis, y si vosotros no fuerais ingleses, no lo c<strong>rey</strong>era, pero sé<br />
que el «caballero» inglés nunca miente. Estad seguros de que si sobrevivimos<br />
a la lucha, os sabré recompensar.<br />
—Ignosi —dijo sir Enrique— quiero me prometas una cosa.<br />
—Os la prometo, Incubu, amigo mío, aun antes de saber cual es. ¿Qué<br />
queréis?<br />
—Esto, si llegas alguna vez a ser <strong>rey</strong> de los kukuanos, quiero suprimas en<br />
absoluto el husmeo de hechiceros y malvados, como el que anoche<br />
presenciamos, y que ningún hombre muera en vuestra tierra sin haber sido<br />
antes convenientemente juzgado.<br />
Ignosi quedó pensativo por un instante y contestó:<br />
—<strong>Las</strong> costumbres de los negros no son iguales a los usos de los blancos,<br />
Incubu, ni tampoco amamos la vida tanto como vosotros. No obstante, lo<br />
prometo. Si llega a estar en mi mano el evitarlo, las brujas no cazarán más, ni<br />
morirá hombre alguno sin habérsele juzgado.<br />
—Entonces queda convenido, y ahora descansemos por un rato.<br />
Tan rendidos estábamos, que nos dormimos profundamente, y Dios sabe<br />
cuando hubiéramos despertado, si Ignosi no nos hubiese llamado a las once.<br />
Nos levantamos, y después de lavarnos hicimos un buen almuerzo; y en<br />
seguida que lo concluimos fuimos a dar unos paseos fuera de la choza,<br />
divirtiéndonos en observar la estructura de las habitaciones de los kukuanos y<br />
las costumbres de sus mujeres.<br />
—Espero que el eclipse se realizará —dijo sir Enrique, al cabo de algún<br />
tiempo.<br />
—Si nos hemos engañado, pronto habrá concluído todo para nosotros —le<br />
contesté melancólicamente— porque tan cierto como que estamos vivos,<br />
algunos de esos jefes harán una completa <strong>del</strong>ación al <strong>rey</strong>, y entonces otra clase<br />
de eclipse ocurrirá; nos eclipsará a nosotros y de una manera nada agradable.