VIAJE AL CENTRO DE LA ALIMENTACIÓN QUE NOS ENFERMA
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109<br />
El modelo que mejor coincide con esta imagen (las personas<br />
consumidoras capaces de conocer y evaluar sus alternativas) es<br />
la teoría del consumo racional de la economía neoclásica. Sin embargo,<br />
este modelo ha sido cuestionado teórica y empíricamente<br />
desde hace décadas porque no describe de forma adecuada el<br />
comportamiento real del consumo. 158<br />
El etiquetado responde al supuesto de que la información facilitada<br />
ayudará a la persona consumidora a elegir un producto.<br />
Ahora bien, ¿la información visible en las etiquetas ayuda o confunde?<br />
¿Estamos capacitados para descifrar todos y cada uno de<br />
los elementos de las etiquetas? ¿Qué es lo que buscamos en ellas?<br />
¿Qué aspectos se hacen visibles y cuáles se esconden?<br />
Respecto a la ubicación de las etiquetas, podemos encontrarlas<br />
en el exterior del envase o en su interior, en la parte delantera,<br />
trasera o lateral. Su colocación nos permite comprender la importancia<br />
otorgada a unos elementos y a otros, qué información les<br />
interesa destacar, así como analizar qué asociaciones tratan de<br />
establecer entre los diferentes tipos de información.<br />
La complejidad que acompaña al etiquetado de alimentos se<br />
acentúa si tenemos en cuenta que esta información diversa no se<br />
presenta de forma aislada, sino que interactúa entre sí. 160<br />
Dentro de los pocos centímetros cuadrados que ocupan las etiquetas,<br />
se desarrolla una auténtica batalla de seducción y conquista<br />
por parte de las empresas alimentarias hacia sus clientas.<br />
No es conveniente olvidar, además, que la etiqueta forma parte<br />
del envase y que todo ello es un solo cuerpo comunicativo lleno<br />
de reclamos y atracción.<br />
En el etiquetado existe, por ley, una información obligatoria y otra<br />
facultativa. El análisis de la primera revela aspectos de la evolución<br />
de la política de seguridad y de información alimentaria de<br />
los poderes públicos. 159 Por ejemplo, actualmente la información<br />
nutricional de los alimentos es obligatoria y ello no deja de ser<br />
un reflejo del creciente interés y preocupación social por lo que<br />
se come. El análisis de la información voluntaria, por el contrario,<br />
nos permite acceder a lo que la industria alimentaria quiere mostrar<br />
(u ocultar) y la forma de hacerlo, mostrando el público objetivo<br />
(target) al que va dirigido, teniendo en cuenta sus preferencias,<br />
así como su capacidad para descifrar la información.<br />
Los envases y etiquetas se han convertido, pues, en espacios<br />
fundamentales para introducir la información publicitaria, ya<br />
que permiten que el mensaje llegue directamente a la persona<br />
consumidora e incida en su decisión de compra, y también por ser<br />
menos costosos que el desarrollo de grandes campañas de comunicación.<br />
Las empresas agroalimentarias recurren a múltiples<br />
estímulos: colores, formas, imágenes, mensajes, etc., que apelan<br />
a elementos sensoriales, geográficos o naturales para fomentar<br />
que determinados alimentos sean considerados más atractivos,<br />
sanos, sabrosos, ecológicos, tradicionales, frescos, etc.<br />
Las personas consumidoras no actúan exclusivamente en función<br />
de la información que poseen, sino que entran en juego otros<br />
elementos como los hábitos o los aspectos emocionales. Por ello,<br />
la publicidad utiliza nombres, frases e imágenes evocadoras para<br />
influir en la percepción de las personas consumidoras sobre el<br />
producto.<br />
158. http://www.fes-web.org/uploads/files/modules/congress/11/papers/1882.pdf<br />
159. http://www.fes-web.org/uploads/files/modules/congress/11/papers/1882.pdf<br />
160. http://www.fes-web.org/uploads/files/modules/congress/11/papers/1882.pdf