VIAJE AL CENTRO DE LA ALIMENTACIÓN QUE NOS ENFERMA
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167<br />
GRÁFICO 41 % incremento de venta en minoristas de tipos de alimento en<br />
función del tipo de sistema alimentario<br />
GRÁFICO 42 % personas adultas con sobrepeso<br />
15<br />
12<br />
9<br />
6<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
3<br />
10<br />
0<br />
Industrial<br />
Mixto<br />
En transición<br />
Emergente<br />
Rural<br />
0<br />
Industrial<br />
Mixto<br />
En transición<br />
Emergente<br />
Rural<br />
Total alimentos envasados<br />
Aperitivos salados<br />
Alimentos altamente procesados<br />
Alimentos elaborados y congelados<br />
Los sistemas alimentarios de transición, mixtos e industriales<br />
dependen en menor medida de los productos básicos. Existe<br />
evidencia de que este patrón dietético tiene consecuencias<br />
nega tivas, tanto para la salud como para el medio ambiente.<br />
En cambio, las poblaciones de sistemas alimentarios rurales y<br />
emergentes consumen, aún, una proporción baja de alimentación<br />
altamente procesada.<br />
Así podemos tomar un ejemplo de cada uno de estos países<br />
(siguiendo la clasificación propuesta por el Global Nutrition<br />
Report) 223 y ver que:<br />
››<br />
Dinamarca (sistema industrial) solamente tiene un 29% de<br />
su alimentación basada en productos básicos.<br />
››<br />
Bulgaria (sistema mixto), un 43%.<br />
››<br />
Brasil (sistema en transición), un 34%.<br />
››<br />
Filipinas (sistema emergente) un 60%.<br />
››<br />
Senegal (sistema rural) un 65%.<br />
Visualizemos ahora el porcentaje de obesidad en la población<br />
adulta por tipo de sistema alimentario en el Gráfico 42.<br />
Diversos estudios indican que diversas características nutricionales<br />
y metabólicas de los productos procesados son problemáti-<br />
cas, al igual que sus repercusiones sociales, culturales, económicas<br />
y ambientales, en especial cuando representan una proporción<br />
sustancial y cada vez mayor del suministro de alimentos y de<br />
la alimentación en los países. La OPS advierte que además de su<br />
«pésima calidad nutricional», imitan los alimentos sin procesar «y<br />
se los ve erróneamente como saludables, se anuncian y comercializan<br />
de manera agresiva; y son cultural, social, económica y<br />
ambientalmente destructivos».<br />
La vinculación entre un consumo elevado de alimentos procesados<br />
y enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes<br />
o factores de alto riesgo como la obesidad y el sobrepeso está<br />
ampliamente documentada. Por poner un ejemplo, el análisis de<br />
la OPS muestra una correlación estrecha entre los cambios en<br />
las ventas de productos ultraprocesados y los cambios en la masa<br />
corporal. Se ha observado una correlación positiva, significativa<br />
y estrecha después de los ajustes para el tamaño de la población,<br />
la población urbana y el nivel de ingresos (para descartar posibles<br />
interferencias), en concreto, cada aumento de 20 unidades en<br />
las ventas anuales promedio per cápita de productos ultraprocesados<br />
se ha asociado con un aumento de 0,28 kg/m 2 en los<br />
puntajes de índice de masa corporal (IMC) estandarizados según<br />
la edad 224 .<br />
Veamos ahora hasta qué punto estos alimentos han colonizado<br />
las dietas de los países del Sur Global, centrándonos, más adelante,<br />
en los países latinoamericanos.<br />
223. http://ebrary.ifpri.org/utils/getfile/collection/p15738coll2/id/129500/filename/129711.pdf<br />
224. http://www.paho.org/bol/index.php?option=com_content&view=article&id=1774:<br />
nota2sept