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_Quien le hacia la cena a Adam - Katrine Marcal

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero. A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su lugar, hacerlo por amor. El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía. Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo, «el derecho a llorar en público». O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia
Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para
exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre
creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la
igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de
manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su
lugar, hacerlo por amor.
El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía.
Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido
hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los
hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo,
«el derecho a llorar en público».
O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

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Y heredar dinero es lo que hacen <strong>la</strong>s mujeres.<br />

Como hijas, esposas o viudas.<br />

En los años ochenta, apareció algo que recibió el nombre de «economía de<br />

papel».[14] A <strong>la</strong> vez que se l<strong>le</strong>vaba a cabo <strong>la</strong> desregu<strong>la</strong>ción del sector<br />

financiero, muchas de <strong>la</strong>s personas con más ta<strong>le</strong>nto del mundo occidental<br />

comenzaron a entregarse con devoción a nuevas maneras de comerciar con el<br />

papel (ello a pesar de que <strong>la</strong> necesidad en nuestra sociedad de innovar en este<br />

terreno era irre<strong>le</strong>vante).<br />

No obstante, allí es donde estaba el dinero.<br />

En 2008, el 41 por ciento (todo un récord) de los licenciados de <strong>la</strong> Harvard<br />

Business School comenzaron a trabajar con fondos de cobertura, bancos de<br />

inversión y entidades de capital riesgo.[15] Ese mismo otoño, Lehman<br />

Brothers se dec<strong>la</strong>ró en quiebra y <strong>la</strong> crisis financiera se hizo realidad. Unos<br />

50.000 millones de dó<strong>la</strong>res fueron destruidos en dieciocho meses y 53<br />

millones de personas, empujadas a <strong>la</strong> pobreza.<br />

Para que <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción en el mercado financiero se dispare sin control y<br />

de manera tan salvaje, haciendo que a <strong>la</strong> postre se derrumbe toda <strong>la</strong> economía<br />

en su conjunto, tiene que haber gente con tanto dinero que se sienta inmune al<br />

riesgo. Cuando todo el dinero se hal<strong>la</strong> en lo más alto de <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> social, <strong>la</strong><br />

gente invierte sus fortunas en activos que parezcan apropiados para atraer a<br />

otros grandes inversores. Esto hace que el valor de ciertas acciones y<br />

propiedades aumente cada vez más. Este tipo de burbujas especu<strong>la</strong>tivas<br />

siempre acaban estal<strong>la</strong>ndo, tarde o temprano. La desigualdad extrema y <strong>la</strong><br />

crisis financiera sue<strong>le</strong>n coincidir en el tiempo. Sin embargo, <strong>la</strong>s élites que <strong>la</strong>s<br />

causan sue<strong>le</strong>n salir indemnes de el<strong>la</strong>s. Y por reg<strong>la</strong> general son hombres.<br />

En cada crisis que ha generado el sector financiero, este ha ganado más y<br />

más dinero.<br />

Durante <strong>la</strong> época que precedió a <strong>la</strong> crisis de los años treinta, <strong>la</strong> distribución

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