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_Quien le hacia la cena a Adam - Katrine Marcal

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero. A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su lugar, hacerlo por amor. El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía. Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo, «el derecho a llorar en público». O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia
Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para
exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre
creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la
igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de
manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su
lugar, hacerlo por amor.
El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía.
Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido
hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los
hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo,
«el derecho a llorar en público».
O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

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qué los ingresos de <strong>la</strong>s empresas o tiendas no podían ser mayores que los<br />

derivados de poseer tierras de cultivo? Las ganancias de los comerciantes<br />

provenían de su propia diligencia y debían pertenecer<strong>le</strong>s. ¿Por qué no iban a<br />

aumentar?, se preguntaba Calvino en un intento de adaptar <strong>la</strong> ética cristiana a<br />

<strong>la</strong> burguesía emergente de <strong>la</strong>s ciudades.<br />

La usura, los intereses y <strong>la</strong>s ganancias dejaron de ser teológicamente<br />

prob<strong>le</strong>máticos. Y de esa forma el cristianismo reformado entró de <strong>la</strong> mano del<br />

capitalismo en <strong>la</strong> nueva era.<br />

El objetivo de los instrumentos financieros es gestionar de diversas formas<br />

el riesgo económico. Desp<strong>la</strong>zarlo de <strong>la</strong>s personas que no pueden asumirlo a<br />

otras que sí pueden hacerlo. La cosecha de aceitunas de ese año podría haber<br />

sido <strong>la</strong>mentab<strong>le</strong>, los cultivos podrían haber ardido o haberse echado a perder<br />

por <strong>la</strong>s he<strong>la</strong>das. Ta<strong>le</strong>s asumió el riesgo de los campesinos, y por ello más<br />

ade<strong>la</strong>nte obtuvo un beneficio. Los mercados financieros son una paradoja en<br />

el sentido de que no pueden obtener beneficios sin asumir riesgos. Al mismo<br />

tiempo, se derrumban si soportan demasiados.<br />

En 1997, una estrel<strong>la</strong> del rock, David Bowie, necesitaba dinero.[3] Acababa<br />

de cumplir cincuenta años y quería al fin librarse de su ex manager Tony<br />

Defries, que todavía tenía derecho a una parte de los ingresos de Bowie a<br />

pesar de que habían roto su re<strong>la</strong>ción profesional hacía varios años.<br />

Bowie, desde luego, no era pobre. Constantemente <strong>le</strong> l<strong>le</strong>gaba dinero,<br />

gracias a «Space Oddity», «Rebel Rebel», «Jean Genie» y «Ziggy Stardust».<br />

Y así iba a seguir siendo durante <strong>la</strong>s próximas décadas, mientras durasen los<br />

ingresos por derechos de autor de los 25 álbumes y <strong>la</strong>s 287 canciones que<br />

había grabado a lo <strong>la</strong>rgo de su carrera.<br />

Pero necesitaba el dinero ya.<br />

Así que ofreció al mercado un nuevo tipo de producto financiero, el

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