16.09.2018 Views

_Quien le hacia la cena a Adam - Katrine Marcal

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero. A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su lugar, hacerlo por amor. El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía. Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo, «el derecho a llorar en público». O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia
Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para
exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre
creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la
igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de
manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su
lugar, hacerlo por amor.
El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía.
Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido
hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los
hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo,
«el derecho a llorar en público».
O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El matemático John von Neumann analizó en 1944 <strong>la</strong> es<strong>cena</strong> anterior como<br />

un juego de suma cero entre dos jugadores.[1] Da igual que los aviones y los<br />

cañones antiaéreos estén operados por humanos o por máquinas. El<br />

comportamiento del piloto lo determina <strong>la</strong> lógica del sistema; no tiene nada<br />

que ver con su condición de ser humano.<br />

No importa cuál sea <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción del piloto con su madre, <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se social de<br />

<strong>la</strong> que proceda, el hecho de que un test psicológico <strong>le</strong> atribuyera un<br />

determinado tipo de personalidad o que todavía se avergüence por haber<br />

mojado <strong>la</strong> cama hasta los nueve años.<br />

El piloto actuará de <strong>la</strong> forma calcu<strong>la</strong>da por el profesor Von Neumann, bajo<br />

<strong>la</strong> lógica de <strong>la</strong> situación y <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s de juego que rigen el encuentro entre dos<br />

seres raciona<strong>le</strong>s.<br />

Según Von Neumann, en lugar de estudiar los detal<strong>le</strong>s de <strong>la</strong> vida de <strong>la</strong>s<br />

personas, debemos profundizar en lo que <strong>la</strong>s personas tienen en común con<br />

los ordenadores. O, más bien, con el gigantesco amasijo de cab<strong>le</strong>s, válvu<strong>la</strong>s y<br />

cuadros de mandos que por aquel entonces l<strong>la</strong>maban «máquinas<br />

matemáticas» y «cerebros e<strong>le</strong>ctrónicos».<br />

La existencia es una serie de juegos, y <strong>la</strong>s acciones de los participantes<br />

raciona<strong>le</strong>s están determinadas por un sistema superior a ellos. Pones un pie<br />

de<strong>la</strong>nte del otro, pero no eres tú quien decides. Alguien te ha dado cuerda y te<br />

ha colocado en el tab<strong>le</strong>ro. El ser humano, el mundo y el curso de <strong>la</strong> historia<br />

son mecánicos, preprogramados y contro<strong>la</strong>dos por fuerzas impersona<strong>le</strong>s. Un<br />

vehículo sin conductor. El hombre económico de <strong>Adam</strong> Smith había<br />

evolucionado para encaminarse a toda mecha <strong>hacia</strong> <strong>la</strong> era espacial.<br />

El libro Theory of Games and Economic Behaviour, de John von Neumann y<br />

Oskar Morgenstern, fue publicado en 1944, y con él nació <strong>la</strong> teoría de juegos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!