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_Quien le hacia la cena a Adam - Katrine Marcal

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero. A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su lugar, hacerlo por amor. El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía. Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo, «el derecho a llorar en público». O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

El feminismo y la economía siempre han tenido mucho que ver. Virginia
Woolf quería una habitación propia, y eso cuesta dinero.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las mujeres se unieron para
exigir el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el derecho de libre
creación de empresas, el derecho a pedir préstamos, el derecho al trabajo, la
igualdad salarial y, en definitiva, la posibilidad de mantenerse a sí mismas, de
manera que no tuvieran que casarse por dinero, sino que pudieran, en su
lugar, hacerlo por amor.
El feminismo sigue guardando una estrecha relación con la economía.
Durante las últimas décadas, el objetivo del movimiento feminista ha sido
hacerse con el dinero y otros privilegios tradicionalmente acaparados por los
hombres, a cambio de cosas menos fáciles de cuantificar como, por ejemplo,
«el derecho a llorar en público».
O, por lo menos, así es como lo han explicado algunos.

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Alrededor del año 1200 a. C., <strong>la</strong>s conchas de los caraco<strong>le</strong>s de <strong>la</strong>s aguas poco<br />

profundas de los océanos Índico y Pacífico comenzaron a ser utilizadas como<br />

unidades monetarias en China. Al final de <strong>la</strong> Edad de Piedra, se empezaron a<br />

fabricar copias en cobre, con lo que nacieron <strong>la</strong>s primeras monedas rea<strong>le</strong>s.<br />

Con el paso del tiempo, estas adquirieron una forma p<strong>la</strong>na, y en China a<br />

menudo <strong>le</strong>s hacían un agujero en el centro para poder ensartar<strong>la</strong>s en <strong>la</strong>rgas<br />

ristras.<br />

Fuera de China, <strong>la</strong>s monedas se acuñaban a partir de trozos de p<strong>la</strong>ta<br />

estampados con <strong>la</strong> efigie de un dios o con el sello del emperador. La técnica<br />

se originó en lo que hoy es Turquía, pero se extendió rápidamente a los<br />

griegos, persas, macedonios y, más tarde, a los romanos. A diferencia de<br />

China, donde se utilizaban meta<strong>le</strong>s pobres, se empezaron a producir monedas<br />

de oro, p<strong>la</strong>ta y bronce.<br />

Los primeros bil<strong>le</strong>tes del mundo eran de cuero, cuadrados de piel de ciervo<br />

b<strong>la</strong>nco de unos treinta centímetros de <strong>la</strong>do y con bordes de colores. Alrededor<br />

del año 800, el papel moneda fue introducido en China. Esto se prolongó<br />

durante más de quinientos años antes de que el sistema fuera finalmente<br />

abandonado debido a <strong>la</strong> inf<strong>la</strong>ción. La tentación de imprimir más dinero era<br />

demasiado grande, sobre todo cuando había que financiar nuevas guerras. No<br />

tardó en ocurrir que el valor de los bil<strong>le</strong>tes tenía muy poco que ver con el<br />

valor de ningún referente real, de manera que China pasó a basar su<br />

economía en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ta.<br />

Las monedas de <strong>la</strong> mayoría de los países estuvieron, hasta unas décadas<br />

atrás, basadas en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ta o el oro. En 1816, <strong>la</strong> moneda británica fue vincu<strong>la</strong>da<br />

al oro. El papel moneda ya venía siendo utilizado desde hacía cientos de<br />

años, pero ahora su valor se ligó directamente al del metal. La Ley del Patrón<br />

Oro estadounidense fue aprobada en 1900, y l<strong>le</strong>vó a <strong>la</strong> creación del Sistema<br />

de Reserva Federal, el banco central del país. Podías l<strong>le</strong>var tu papel moneda

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