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espectivamente. En general, la devaluación decrece el poder adquisitivo de los consumidores, por lo
que una devaluación importante podría afectar de manear adversa nuestras operaciones en Brasil.
Nuestras operaciones podrían verse afectadas por las altas tasas inflacionarias y de intereses
que históricamente registra Brasil. De conformidad con el índice nacional de precio al consumidor
brasileño (Índice Nacional de Precos Ao Consumidor Amplo) publicado por el Banco Central de Brasil,
las tasas de inflación en dicho país han sido de 4.3%, 5.9% y 6.2% en 2009, 2010 y 2011,
respectivamente. Los periodos con alto nivel inflacionario podrían limitar el crecimiento de la economía
brasileña, lo cual llevaría a una reducción en la demanda de nuestros productos así como una
reducción en nuestras ventas en Brasil. La inflación tiende a incrementar algunos de nuestros costos y
gastos, mismos que podríamos no estar dispuestos a trasladar a nuestros clientes y, como resultado,
podríamos presenciar un impacto negativo en nuestros márgenes de utilidad neta.
En adición a lo anterior, los altos niveles de inflación generalmente conllevan el aumento de las
tasas de interés, y como resultado, incrementaría el costo de servir deuda denominada en Reales, que
en un futuro pueda asumir la Compañía, teniendo como efecto una reducción en nuestra ganancia
neta. La tasa de interés de referencia empleada por el Banco Central de Brasil es el SELIC (Tasa del
Sistema Especial de Liquidacao e Custodia). En 2009 el SELIC aproximadamente se registró en
10.0%, 9.8%, 11.7% en 2009, 2010 y 2011, respectivamente. La inflación y sus efectos en las tasas de
interés locales también podrían llevar a reducir la liquidez en los mercados financieros y de capitales,
lo cual podría afectar nuestra capacidad para refinanciar deuda que la Compañía asumiera en un
futuro en dichos mercados.
Brasil ha implementado controles de cambio de divisas en el pasado, así como restricciones
para repatriar capital. No podemos asegurar que este tipo de políticas no vuelvan a ser adoptadas por
el gobierno de Brasil en un futuro, de adoptarse dichas restricciones, podría verse afectado de manera
adversa el flujo de los dividendos que llegan a Grupo Casa Saba, cuya fuente de ingrese principal son
dividendos pagados por sus subsidiarias.
Riesgos relacionados con nuestras operaciones en Chile, podrían afectar de manera
adversa nuestras operaciones.
Como resultado de la adquisición de FASA en 2010, la Compañía está expuesta a una serie de
riesgos e incertidumbres relacionadas con nuestras operaciones en Brasil, incluyendo aquellas de
carácter político, económico y social, la devaluación del Real, altos niveles inflacionarios y altas tasas
de intereses, regulación para importar bienes, restricciones de inversión y de cambio de divisas,
políticas de control de precios, restricciones para repatriar ganancias y capital, así como tarifas de
importación que de manera indirecta podrían incrementar el costo de nuestros productos. Los factores
antes mencionados, podrían afectar nuestra habilidad de vender productos y repatriar fondos,
afectando así, los niveles de demanda por parte de los consumidores y en consecuencia, nuestros
niveles de ventas y rentabilidad.
El desempeño de otros países pudiera afectar el precio de nuestras acciones.
El valor de mercado de las acciones de las sociedades mexicanas puede verse afectado en diversos
grados por la economía y las condiciones de los mercados de otros países. A pesar de que existen grandes
diferencias entre las condiciones de estos otros países y las condiciones económicas en México, la reacción
de los inversionistas ante los avances en estos otros países, puede afectar de forma negativa el valor de
mercado de las acciones de las emisoras Mexicanas. A finales de octubre de 1997, en México, hubo una
caída considerable tanto en el precio de los instrumentos de deuda como en el precio de las acciones, dicha
caída en los precios se vio precipitada por la aguda disminución del precio de las acciones en el mercado
Asiático. De manera similar, en la segunda mitad de 1998, y a principios de 1999, los precios de las acciones
en México se vieron desfavorablemente afectados por las crisis en Rusia y en Brasil y en menor medida, por
la crisis económica en Argentina en 2002. Durante 2005, el IPC, creció 37.8%, siguiendo la tendencia del
índice promedio en mercados emergentes de Latinoamérica, Asia y Europa. El considerable incremento
estaba apoyado en el crecimiento económico mundial así como en las bajas tasas de interés. En 2006, el
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