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El Teide, una mirada histórica, de Eustaquio Villalba - ATAN

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autoabastecimiento. La <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> Tenerife <strong>de</strong> las importaciones<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otras islas, <strong>de</strong> la Península Ibérica incluso <strong>de</strong>l extranjero, era muy alta.<br />

La población vivía en un equilibrio muy inestable, agravado por las constantes levas <strong>de</strong><br />

los monarcas Austrias, algo muy difícil afrontar en los años <strong>de</strong> malas cosechas. En 1664<br />

se pi<strong>de</strong> al monarca que no autorice más roturaciones pero, a pesar <strong>de</strong> las prohibiciones,<br />

se siguió aumentando la superficie <strong>de</strong>dicada al viñedo. La preocupación prioritaria <strong>de</strong> la<br />

clase dirigente insular era mantener las rentas que obtenían con la exportación <strong>de</strong> vinos<br />

y la consolidación <strong>de</strong> su rango social. Poco tiempo les quedó para <strong>de</strong>dicarlo al cultivo<br />

<strong>de</strong>l saber, algo que, a<strong>de</strong>más, los convertía en sospechosos ante el Santo Trib<strong>una</strong>l <strong>de</strong> la<br />

Inquisición.<br />

En muchos lugares <strong>de</strong> Europa se había alcanzado un ambiente propicio para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la ciencia. <strong>El</strong> recurso inductivo <strong>de</strong> Francis Bacon dota a los científicos <strong>de</strong><br />

un método que va a permitir un sustancial avance en el conocimiento. La necesidad <strong>de</strong><br />

contar, medir, cuantificar y experimentar, se ve acompañada por la invención <strong>de</strong><br />

instrumentos que mejoran sustancialmente el estudio <strong>de</strong> los fenómenos naturales. Es el<br />

caso <strong>de</strong> los telescopios, microscopios, termómetros, barómetros, relojes, etcétera. Una<br />

auténtica revolución en muchos campos <strong>de</strong>l saber. Estos instrumentos se convierten en<br />

los nuevos <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> la diosa <strong>de</strong> Razón.<br />

FIGURA 14. Retrato <strong>de</strong> Torriceli, inventor <strong>de</strong>l barómetro<br />

Inglaterra hervía <strong>de</strong> actividad, fue el siglo <strong>de</strong> la revolución, pero fue también el <strong>de</strong> la<br />

consolidación <strong>de</strong> su potencia naval y comercial. Canarias era un nudo importantísimo en<br />

las rutas comerciales <strong>de</strong> la época y Tenerife plaza comercial <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n, pero<br />

como nos dice Viera y Clavijo: “los ingleses no vienen sólo a Tenerife a por el malvasía<br />

y a <strong>de</strong>jar sus manufacturas, sino que utilizan el régimen privilegiado que gozó Canarias<br />

para comerciar con las Indias para introducirse en el monopolio, reexportando la clase<br />

dominante isleña parte <strong>de</strong> los géneros extranjeros, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> escala en la trata <strong>de</strong><br />

negros.<br />

Con estas circunstancias <strong>histórica</strong>s es normal que las islas Canarias, y concretamente<br />

Tenerife, fueran muy conocidas en la Inglaterra <strong>de</strong> su tiempo. Así nos lo trasmite el<br />

historiador: “Así, es <strong>de</strong> supone que tanto los antiguos como los mo<strong>de</strong>rnos, siempre que<br />

<strong>de</strong>scubrieron la isla <strong>de</strong> Tenerife a varias distancias y observaron aquel elevadísimo<br />

cuerpo <strong>de</strong> figura cónica que se perdía en las nubes, se acordaron con placer <strong>de</strong>l<br />

celífero Atlante y <strong>de</strong> los experimentos físicos o astronómicos que sobre aquella cumbre<br />

se pudieran practicar ventajosamente”. Y fueron, como el mismo Viera cuenta,<br />

científicos ingleses los primeros que se plantearon utilizar <strong>El</strong> <strong>Tei<strong>de</strong></strong> en sus<br />

experimentos. Durante el reinado <strong>de</strong> Carlos II <strong>de</strong> Inglaterra (1630-1685) se fundó la<br />

Real Sociedad <strong>de</strong> Londres, la aca<strong>de</strong>mia científica más antigua <strong>de</strong>l mundo. Esta<br />

institución “había <strong>de</strong>terminado en años pasados enviar alg<strong>una</strong>s personas instruidas a<br />

la cumbre <strong>de</strong> nuestro Atlante, a fin <strong>de</strong> ejecutar por medio <strong>de</strong>l barómetro ciertos<br />

experimentos concernientes al examen <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong>l aire y elevación <strong>de</strong> la atmósfera;<br />

pero si esta sabia resolución se hizo célebre casi en toda la Europa, lo <strong>de</strong>bió a cierto<br />

chiste que el ilustrísimo Feijóo refiere en estos términos: Reinando en Inglaterra<br />

Carlos II, habiendo resuelto la Regia Sociedad <strong>de</strong> Londres enviar quienes hiciesen<br />

experimentos <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong>l aire sobre el Pico <strong>de</strong> Tenerife, diputaron dos <strong>de</strong> su cuerpo<br />

para pedir al embajador <strong>de</strong> España <strong>una</strong> carta <strong>de</strong> recomendación al gobernador <strong>de</strong> las<br />

Canarias. <strong>El</strong> embajador, juzgando que aquella diputación era <strong>de</strong> alg<strong>una</strong> compañía <strong>de</strong><br />

merca<strong>de</strong>res que quería hacer algún empleo consi<strong>de</strong>rable en el excelente licor que<br />

producen aquellas islas, les preguntó qué cantidad <strong>de</strong> vino querían comprar.

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